Ser una empresa inteligente

 

Atrás van quedando los tiempos de las organizaciones rígidas y jerarquizadas, esas en las que la acción de cada individuo se limita estrictamente a su puesto de trabajo. Y nada más. Esa característica que hoy asemejaríamos a una severa artritis organizacional se ve hoy como un problema y una desventaja respecto de otros modelos más flexibles.

Han llegado los tiempos de la colaboración, del compromiso con las organizaciones en las que uno trabaja y, esperemos, prospera y crece personal y profesionalmente.

Bienvenidos al concepto de Organizaciones y Empresas Inteligentes.

¿Qué son? Pues aquellas que se comportan como un organismo vivo, cuyos órganos trabajan en sintonía para mantener la vida. Tiene sentidos que captan la información de su entorno, mente que procesa esa información, tiene consciencia de lo que está pasando internamente, una voluntad de buscar una vida mejor y un cuerpo para ejecutar las decisiones que interese para mejor interactuar con el mundo exterior.

Por supuesto que se mantienen las especializaciones: contabilidad, Marketing, Ventas, Logística o Mantenimiento. La diferencia es que esa especialización no equivale a compartimentación y aislamiento respecto del resto de los departamentos y colegas. Siendo sus responsabilidades las que la empresa le asigne, ahora el marco de visión es mucho mayor: es toda la empresa, es sus relaciones internas, su cambiante entorno, lo que lleva a una actitud mucho más comprometida con los fines comunes y proactiva en su dinámica.

Dejamos atrás la cultura de la queja para pasar a la cultura de la propuesta.

 

CÓMO RECONOCER UNA EMPRESA INTELIGENTE

Más que una simple lista de características de una organización inteligente, lo que haremos será sugerir qué aspectos debemos contemplar para darnos cuenta de que estamos ante una. Y de qué deberíamos hacer para convertirnos en una empresa inteligente, con futuro y con una reputación que invita a los mejores a unirse y a quedarse.

  • las Personas. La autoexigencia y compromiso son perfectamente reconocibles tanto en los equipos como en los individuos. Es eso que Senge, en su libro "La Quinta Disciplina", llama “Maestría Personal” para estar al nivel. Son conscientes de estar en un ecosistema en el que las relaciones y conexiones son constantes, y los resultados de unos y de todos depende de la calidad de la conducta y actitud de cada uno. Saben pensar de una forma crítica, cuestionando el status quo de informaciones y situaciones, para saber qué hay realmente detrás de lo que tienen ante sus ojos y adaptarse para manejarlo o aprovecharlo.
  • los Objetivos. Tienen una Visión clara y motivadora, fácil de entender y que invita a apuntarse y trabajar en esa dirección. Está preparada por quienes estén al frente de la empresa como una declaración sincera, y no se encarga al departamento de Marketing para quedar bien en una campaña en redes sociales o una Memoria anual.
  • la Información. Compartida y accesible para toda la organización. Es La Herramienta que todos saben utilizar para saber lo que está pasando, lo que puede pasar y que les sirve para tomar las decisiones más indicadas para adaptarse a los cambios y aprovechar las oportunidades que pueda haber.
  • el Aprendizaje. La formación y puesta al día en habilidades y conocimientos, es una más de las actividades habituales en una empresa inteligente. El lema “Desaprender para aprender” es una realidad, ya que se entiende que hay ideas y métodos que simplemente quedan obsoletos al surgir nuevas formas de hacer las cosas. Ese intercambio de conocimientos se hace tanto formal como informalmente. Lo normal es compartir los nuevos conocimientos, pasar la nueva información, de modo que ese aprendizaje es en realidad compartido. Como afirma Arie de Geus, "El éxito de una organización depende de la habilidad de las personas de aprender juntas y llegar así a nuevas ideas"
  • la Tecnología. Ya no se habla de "nuevas tecnologías" porque son herramientas habituales. Su uso es normal en la dinámica del día a día. La Inteligencia Artificial, por ejemplo, se irá integrando a medida que sus usos se vayan alineando con las nevesidades de la organización. Cuestiones como el trabajo remoto, los equipos virtuales y la deslocalización de actividades no serán asuntos de especial trascendencia por su habitualidad. Una empresa inteligente es, en resumen, un entorno technology friendly de la misma forma que lo podría ser respecto del medio ambiente o el desarrollo de las personas.
  • la Toma de Decisiones. es rápida, consecuencia de su organigrama relativamente simple y de pocos niveles, a lo que se suma una buena autonomía de funcionamiento en los equipos. Esta rapidez se ve apoyada por la aceptación de que sin correr algunos riesgos calculados son pocas las posibilidades de albergar un espíritu realmente innovador.
  • el Liderazgo. Más enfocado a que todos miren hacia delante, hacia ese objetivo común, y menos hacia el control de lo que se hace hoy. Menos mando y más motivación. Anima a cada persona a dar lo mejor de sí mismo, y a pensar en términos de equipo y de visión compartida. Quienes tienen responsabilidades de equipo sienten que tienen un deber de ayudar a desarrollar personas y talentos. Hablamos de gente persuasiva por su motivación, su compromiso con personas y empresa, y su ética personal y profesional.
  • la Cultura de la empresa. Es una cultura emocionante, que llega a las personas, que mueve sus corazones, que alienta el orgullo de trabajar en esa organización. Existe un Ethos reconocible en la actuación de sus personas individualmente consideradas, y en su colectivo en general. Crea y garantiza el transparente funcionamiento de canales internos de comunicación por los que fluye la información. Suele incluir la organización de eventos y acciones de ayuda a causas alineadas a las que los colaboradores se pueden apuntar como voluntarios, y que hace que la existencia de esa organización inteligente tenga consecuencias positivas más allá de su radio de influencia en el mercado económico. Refuerza las razones para que exista un auténtico sentido de la pertenencia entre sus personas. Considera el cambio y la evolución como un aspecto constante en su funcionamiento, por lo que está preparada para virar cuando cambien los vientos que afectan su presente y su futuro.
  • los Resultados. Una empresa inteligente tiene muy claro que sin rentabilidad económica no hay empresa, y que sin empresa tampoco hay empleo, riqueza, desarrollo profesional, contribución a la sociedad ni nada de nada. Da mucha importancia no solamente a la sostenibilidad económica, su primer objetivo, sino también a la humana y medioambiental en su existencia y funcionamiento.

 

CÓMO EMPEZAR A CONVERTIRSE EN UNA EMPRESA INTELIGENTE

Lo primero es formular esa Visión, cómo llegar a ella y qué recursos harían falta para conseguirlo.

El siguiente paso para evolucionar a ese tipo de organización tan parecida a un ser vivo es diagnosticar el estado actual y decidir por dónde empezar.

Y a continuación, teniendo claro lo anterior, interesa soltar lastre, librándonos de:

  • mandos intermedios bloqueantes y sordos a las ideas de sus equipos
  • procedimientos operacionales obsoletos
  • mecanismos internos que no añaden valor al cliente y estorban la innovación
  • egos fuera de lugar que solamente buscan mantener su parcelita de poder
  • mentes cortoplacistas sin visión alguna de futuro
  • comportamientos egocéntricos que perjudican la dinámica conjunta de acción
  • costumbres que ya no tienen una explicación razonable
  • inventario de productos y servicios que se han quedado atrás en el mercado
  • muros a la libre circulación de información
  • elementos zombi que, sin ser directamente perjudiciales, tampoco aportan nada.

 

EN RESUMEN

¿Quieres que tu empresa u organización tengan un mejor futuro? Pues ya estás tardando en hacer que evolucione a un modelo más inteligente. Más centrado en las personas, conocedor de las necesidades de los clientes, aliado de sus proveedores, comprometido con la libertad de pensar en alternativas que conviertan la innovación en algo inherente a su funcionamiento. Un modelo que usa con cabeza la tecnología a medida que se va desarrollando, que entiende sinceramente que lo único estable es el cambio, y que saber entender y atender la evolución de la sociedad y los mercados es la clave para su éxito.

No tengamos miedo a los cambios: es como temer la lluvia. No podemos hacer nada para controlarla, pero sí que podemos estudiar cómo aprovecharla.

Con inteligencia.

Y con nuestras personas, que son la vida y motor de cualquier organización humana.

 

AUTOR

Alberto Losada Gamst. Consultor de empresas especializado en la inteligencia colaborativa y la gestión de las ideas. Escritor de artículos sobre innovación, comunicación en las empresas y repensamiento de nuestras actividades.

Como formador especializado en habilidades de comunicación e innovación en las organizaciones, he impartido talleres en más de 30 empresas (muchas de las cuales han repetido con nuevos grupos) y más de 1.300 participantes, tanto presencialmente como online. Y en todas las ocasiones he aprendido mucho de todos. ¡Gracias por ello!

IMAGEN: montaje sobre la imagen de GDJ

 

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