Cómo convertir las ideas innovadoras en realidades con rapidez

En 1982 nace un consorcio para poner en marcha el proyecto de un caza de combate europeo. En 1985 se une España, y en marzo de 1994 vuela el primer prototipo del Eurofighter. Tras muchas pruebas con los siete prototipos empieza la producción en 2001. Diecinueve años para crear un nuevo avión.

En 2004 Apple empezó a estudiar el concepto de un nuevo dispositivo. Ese año reunió un equipo de 1.000 ingenieros para trabajar en lo que se llamó el “Proyecto Púrpura.” Y en enero de 2007 Steve Jobs presentó al mundo el revolucionario iPhone en su primera versión. Fueron 3 años de intenso desarrollo.

Vemos que son tiempos largos de desarrollo de ideas que cubren necesidades. Ese trayecto que va del concepto inicial a su materialización práctica, su etapa de desarrollo, es un camino lleno de sorpresas. Cambian las tecnologías, las necesidades del mercado, la oferta de la competencia, las personas en los proyectos. A medida que se alarga ese tiempo de desarrollo mayores serán los costes y las posibilidades de que ocurran cambios importantes.

Evidentemente, los tiempos cambian en función del sector y de la complejidad del nuevo desarrollo. Según un estudio aportado por Marketing91,  los bienes de consumo pueden llevar entre 1 y 3 años de desarrollo mientras que, por ejemplo, sacar un nuevo coche supone entre 3 y 5 años. ¿Un nuevo medicamento? Entre 9 y 19 años.

 

Todos estamos de acuerdo en que una empresa necesita renovar con cierta frecuencia su oferta. Hasta el antaño conservador sector de la panadería pasó de tener dos o tres tipos de pan a no menos de una docena. Un proceso de innovación que debería ser parte de la cultura empresarial, de modo que la búsqueda de algo nuevo no es una excepción sino el latir habitual del negocio.

Y, por favor, que no suponga eternos tiempos desde la idea inicial hasta su materialización final.

 

PLANTEAR INNOVACIONES INTERNAS O PARA EL MERCADO EXTERIOR

A efectos de este artículo vamos a ver dos destinos de los programas de innovación: el estrictamente interno, como la mejora de procesos internos o una nueva forma de organizarse estructuralmente, y el proyectado al mercado del que la empresa vive.

En el caso de la innovación interna sigue habiendo un cliente final: el departamento/proceso que se vea afectado por los nuevos desarrollos. Por esa razón, a menudo vemos que las iniciativas de mejora dictadas desde arriba no son bien acogidas por el destinatario. Hay resistencias (¡qué sabrán ellos!) y errores (¿por qué no nos han preguntado?) que muchas veces llevan al fracaso del proyecto.

Y si hablamos de un nuevo producto o servicio para nuestros clientes (o para un nuevo nicho de clientes), la complejidad crece y con ella las posibilidades de no alcanzar el éxito con el nuevo lanzamiento.

En todo caso, estos tiempos inciertos y de acelerado cambio que estamos viviendo no invitan precisamente a poner en marcha largos proyectos de nuevos desarrollos. Porque quizá, para cuando los hayamos terminado y estemos listos, la oportunidad de negocio haya pasado.

 

POR QUÉ ES IMPORTANTE REDUCIR LOS TIEMPOS DE IMPLANTACIÓN DE LAS NUEVAS IDEAS

Podemos hablar de 4 razones:

  • Mejorar la competitividad de la empresa. Quien da primero da dos veces.
  • Potenciar la percepción de la empresa, tanto interior como exterior, como le que debe ser: un organismo vivo buscando activamente oportunidades y mejoras… y poniéndolas en práctica.
  • Adelantar la llegada real de los beneficios y ventajas de ese nuevo desarrollo.
  • Disminuir al mínimo los costes necesarios, siguiendo el espíritu de la filosofía Lean.

Son buenas razones. Para la cuenta de resultados, para la imagen exterior, para el compromiso de los trabajadores y para la captación y retención del mejor talento. Ese que lleva al futuro y al éxito.
 
 

CÓMO CONVERTIR LAS NUEVAS IDEAS EN REALIDADES ... CON RAPIDEZ

Buscar las soluciones dentro de la empresa es una de las primeras cosas que se debe hacer. Las personas que hay trabajando en ella conocen los problemas, se dan cuenta de las oportunidades que no se aprovechan, y saben qué se podría hacer. Les falta el momento y la forma de proponer sus ideas a la empresa.

Una vez que esté claro el apoyo de la Dirección, vamos a la acción de aceleración de la puesta en marcha de propuestas. Lo que en otros ámbitos se llama un sprint de innovación. Una carrera corta e intensa hacia el objetivo.

  • Selecciona el equipo adecuado. Que reúna una buena variedad de experiencia, conocimiento, punto de vista y hasta de personalidad. Hacen falta personas creativas, prácticas, visionarias, detallistas, con sentido del negocio.
  • Apunta bien los objetivos. Se puede empezar con unas metas más o menos genéricas. Lo que importa es disponer de muchas posibilidades y luego seleccionar las más interesantes para el siguiente paso.
  • Ten claros los beneficios de las propuestas. No se eligen porque sean originales: tienen que ser útiles para la empresa y factibles respecto de su desarrollo y beneficio. Que contribuyan a su rentabilidad, a la competitividad, a la agilidad o a la capacidad de adaptación.
  • Usa un método. Lo mejor es ir desarrollando una especie de procedimiento para estos desarrollos rápidos. Así dedicaremos más tiempo a lo realmente importante.
  • Experimenta. No hay nada más informativo que hacer un prototipo de esa nueva propuesta y mostrarlo a quienes vaya dirigido. Basta con que transmita sus principales características para poder “usarlo”. En este momento lo mejor es enemigo de lo bueno, y cuando lleguemos a la perfección es muy probable que se nos haya pasado el momento.
  • Recoge los comentarios hacia tu prototipo. Aprende de ellos. Incorpora los más frecuentes y ve preparando la siguiente versión de tu innovación. Esto no va de egos sino de dar soluciones y aprovechar oportunidades. Saber  crear un prototipo te enseñará más que cualquier otra forma de reunir información sobre la potencialidad de la nueva idea.
  • Prepara un buen plan de implantación o de lanzamiento definitivos. Que el equipo protagonista de ese nuevo desarrollo pregunte a todos los que haya que preguntar a la hora de diseñarlo. Usuarios finales, responsables de marketing, de administración, de ventas, de RRHH, … quien haga falta.
  • Ten listo un canal de comunicación y feedback específico. Es fundamental saber qué pasa en la realidad con esa nueva iniciativa. Qué números arroja, cómo van los KPIs que hayamos decidido, grado de satisfacción de los usarios/clientes, o impacto en otras líneas de negocio. Sin información útil no podremos tomar nuevas decisiones.

 

REFLEXIONES FINALES SOBRE ACELERAR LA PUESTA EN MARCHA DE NUEVAS IDEAS

Hay innovaciones relativamente sencillas que se pueden probar con rapidez. Sin esperar eternos tiempos de desarrollo y sin correr el riesgo de que alguien se nos adelante o de que las consecuencias del problema que querríamos resolver fueran ya excesivas.

Justo para eso existen formas de acelerar la innovación. Esa frase que hemos leído todos sobre fracasar rápido tiene un sentido: quien no intenta cosas nuevas no avanzará. Por eso es tan importante poner a prueba cuanto antes las posibles soluciones e innovaciones. Comprobamos con una razonable rapidez si funcionan y si no… pues se archiva y a otra cosa. De los fracasos también se aprende.

En todo caso, el hecho de una organización cuente con un sistema de gestión de ideas que culmina en una selección y aceleración de las mejores motiva mucho a las personas. Les hace sentir que se cuenta con ellas y con su iniciativa. Notan que de verdad forman parte del futuro de la empresa porque tienen voz en ella.

Si esta forma de trabajar las propuestas innovadoras pudiera parecer difícil, desde Avantideas ofrecemos ayuda experta para acelerar la puesta en práctica de soluciones y de aprovechar oportunidades. Es el Reto Acelera Ideas.

 

AUTOR

Alberto Losada Gamst. Director y cofundador de Avantideas. Consultor de empresas especializado en la inteligencia colaborativa y la gestión de las ideas. Escritor de artículos y ponente sobre creatividad e innovación, comunicación en las empresas y repensamiento de nuestras actividades.

Como formador especializado en habilidades de comunicación e innovación en las organizaciones, he impartido talleres en más de 30 empresas (muchas de las cuales han repetido con nuevos grupos) y más de 1.500 participantes a comienzos de 2023, tanto presencialmente como online. Y en todas las ocasiones he aprendido mucho de todos. ¡Gracias por ello!

IMAGEN: montaje propio con la foto del barco de Gribgrab en Unsplash, y bote de papel de Miguel Á. Padriñán en Pexels

 

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