El problema con el cambio puede ser más simple de lo que solemos creer. A menudo hablamos del cambio como un obstáculo que debemos superar. Sin embargo, también has escuchado muchas veces esto: el cambio es constante. Si nos tomamos un momento para absorber completamente esta perogrullada, veremos que el cambio no es ni excepcional ni exclusivo, sino que es ubicuo e inclusivo.
Traducido y adaptado del original "An Emotionally Intelligent Change Model", por Joshua Rosenthal en el blog de Talent Smart
Si el cambio es constante, ¿por qué lo tratamos como algo que sucede ocasionalmente? Piensa en un cumpleaños. Cada año celebramos envejecer en el día exacto en que nacimos, pero, por supuesto, no envejecemos solo ese día, envejecemos todos los días, todo el tiempo. Esto significa que ahora mismo, en este mismo momento, eres el más joven que serás por el resto de tu vida. ¡Considera cuán grandioso es eso! Mientras que uno puede preocuparse por envejecer, otro puede alegrarse de que en este momento exacto (mientras lee esto) seas joven, de hecho, ¡tan joven como siempre! La perspectiva es algo poderoso porque influye en cómo actuamos hacia lo que se percibe, y así es como podemos pensar sobre el cambio. Desde la perspectiva de la inteligencia emocional, el cambio es la vida misma.
INTELIGENCIA EMOCIONAL Y CAMBIO
Si tratamos el cambio como algo único, es probable que solo apliquemos las habilidades de gestión del cambio cuando aparezcan indicadores conspicuos de cambio en el trabajo y en la vida: una graduación, una oferta de trabajo, una reestructuración organizacional, una propuesta de matrimonio, una prueba de embarazo positiva, o cualquiera de las innumerables formas en que el cambio surge abruptamente en nuestras vidas. Sin embargo, si vemos el cambio como algo constante, entonces las habilidades asociadas con el manejo de nosotros mismos y nuestras relaciones frente al cambio son aplicables de manera más regular a medida que se desarrolla la vida.
Si adoptamos un enfoque más inclusivo de la idea del cambio, y realmente comprendemos su naturaleza constante, entonces podemos ver el impacto directo que tiene nuestra inteligencia emocional en nuestra capacidad de ser efectivos mientras el cambio ocurre dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Las habilidades de inteligencia emocional nos ayudan a navegar con éxito el cambio de la misma manera que nos ayudan a ser más efectivos en el trabajo y en la vida. Además, la inteligencia emocional puede ayudarte no solo a manejar el cambio, sino también a aumentar tu conciencia de cómo tú y los demás suelen pensar y comportarse cuando se enfrentan a algo nuevo y desconocido.
Desafortunadamente, la idea de Life Management no causa la misma impresión que Change Management porque este último parece invocar algo preciso, mientras que el primero es ciertamente vago. Pero piénsalo: si el cambio es perpetuo, lo mejor para nosotros es manejarlo con habilidades fundamentales en las que estamos trabajando y aplicando constantemente, habilidades que nos ayudan a ser más ágiles, resistentes, comunicarnos mejor, tomar mejores decisiones y colaborar. Estos son solo algunos de los resultados de trabajar tu inteligencia emocional.
Desde la perspectiva de la inteligencia emocional, el cambio no es un problema a resolver, sino una mentalidad a gestionar. En lugar de un modelo de gestión del cambio que podemos aplicar en momentos que nos sacan de nuestras rutinas y aumentan nuestros niveles de estrés, piensa en tu Inteligencia Emocional (IE) como un modelo de gestión de la vida que incluye la conciencia del cambio y la gestión del cambio, un modelo que se puede aplicar a través de muchos. roles que desempeñamos en la vida. Los modelos de gestión del cambio tratan esencialmente de cómo lidiar con lo desconocido porque la vida es impredecible. Estos modelos están diseñados para aumentar nuestra conciencia, para tratar de reconocer lo desconocido y avanzar a través del cambio de manera rápida y sin problemas. Estos modelos se basan, en otras palabras, en habilidades de inteligencia emocional. Sabemos que la forma de dominar cualquier habilidad es practicar habitualmente, con el tiempo. Entonces, ¿por qué solo ocasionalmente practicaríamos y aplicaríamos habilidades para guiarnos de manera efectiva a través del cambio si ocurre constantemente?
Un modelo emocionalmente inteligente para hacer frente a (y prosperar) el cambio se centra en desarrollar competencias personales y sociales básicas, que son las más vulnerables al impacto cuando se produce un gran cambio. Cuando llegó la pandemia de COVID-19, por ejemplo, el cambio más importante no fue el virus en sí, sino la forma en que el virus nos afectó a nosotros y a quienes nos rodean: desde usar mascarillas en público hasta trabajar de forma remota y enseñar a nuestros hijos en casa, al duelo por la pérdida de seres queridos. En el corazón del problema del cambio está cómo nos sentimos acerca de lo que está pasando. Esto es lo que más se interpone en nuestro camino, no el cambio en sí. Las emociones, en otras palabras, no son tangenciales sino fundamentales para explicar por qué el cambio puede ser un problema para nosotros. Aquí podemos notar que un modelo de cambio emocionalmente inteligente está orientado hacia el aprendizaje vertical, o un cambio de mentalidad en el que podemos integrar adecuadamente la información, en lugar del aprendizaje horizontal, o retener tipos diferentes y únicos de información, en el que podríamos colocar erróneamente la inteligencia emocional sobre aquí en un cubo y gestión de cambios allá en otro.
EL MODELO DE HABILIDADES DE LA INTELIGENCIA EMOCIONAL: UN MARCO PARA EL CAMBIO
La inteligencia emocional es un marco de cuatro habilidades básicas que componen una base sobre la cual podemos reconocer y comprender las muchas formas que toma el cambio en nuestras vidas. La inteligencia emocional aumenta nuestra conciencia de cómo el cambio nos afecta a nosotros y a quienes nos rodean para que podamos tener una comprensión más clara de lo que podemos hacer al respecto. Esto se debe a que la inteligencia emocional es su capacidad para reconocer y comprender las emociones, y es tu habilidad para usar esta conciencia para administrarse a sí mismo y sus relaciones con los demás. Tu IE se compone de cuatro habilidades básicas: autoconciencia, autogestión, conciencia social y gestión de relaciones.
El objetivo del desarrollo de la IE es ser tan efectivos como podamos en cualquier situación dada, en cualquier relación dada en el trabajo y en la vida. Esto no es fácil. La buena noticia es que no estamos luchando por la perfección, sino por formular hábitos de comportamiento que hagan que nuestro trabajo sea más productivo, nuestras vidas sean más fluidas y nuestras relaciones más fuertes. Las habilidades de IE nos ayudan a identificar cómo nos sentimos acerca de un futuro desconocido, cómo enfrentarlo y cómo manejarnos a nosotros mismos y nuestras relaciones cuando nos enfrentamos a los signos conspicuos de cambio. Estas habilidades fundamentales también nos ayudan a ser efectivos incluso cuando sentimos que las cosas son momentáneamente estables (es decir, momentos en los que el cambio ocurre de manera más gradual o sutil).
Si seguimos tratando el cambio como algo esporádico y ocasional, las habilidades que pueden ayudarnos a adaptarnos y hacer frente permanecerán latentes y pueden atrofiarse con el tiempo como músculos inutilizados. Ten cuidado aquí porque tu inteligencia emocional, como cualquier otra habilidad que se oxida sin práctica, puede no ser tan aguda como sea posible cuando más la necesitas. Mantén el aprendizaje y el desarrollo incluso en momentos en que tu vida y tu trabajo puedan parecer más estables y predecibles.
Ten en cuenta que el cambio es constante y también debe serlo el desarrollo de nuestra inteligencia emocional. De esta manera, nuestro modelo de inteligencia emocional, que consiste en la autoconciencia, la autogestión, la conciencia social y las habilidades de gestión de relaciones, ofrece una visión inclusiva de cómo podemos reconocer, comprender y gestionar el cambio, todo mientras mantenemos un alto nivel. de eficacia en el trabajo y en la vida.
LO QUE PUEDES HACER: ESTRATEGIAS DE INTELIGENCIA EMOCIONAL
Las estrategias de inteligencia emocional ofrecen formas simples y prácticas de mejorar nuestras competencias personales y sociales. Para ilustrar, veamos sólo una estrategia de cada una de las cuatro áreas de habilidades básicas y destaquemos su impacto en nuestra capacidad para reconocer, comprender y gestionar el cambio.
- Estrategia de autoconocimiento: revisita tus valores. Tus valores son los que permanecen más constantes y estables mientras que todo lo demás parece estar cambiando a tu alrededor. Consulta contigo mismo y piensa intencionalmente sobre cómo quieres vivir. Esto revela lo que valoras, y estos valores pueden anclarte en mares agitados y volátiles. Mira si puedes identificar cómo aparecen tus valores en tu vida diaria y, si no es así, considera qué puedes hacer para asegurarte de que tus pensamientos y acciones se alineen con tus valores. Esta estrategia también puede brindarte la oportunidad de aclarar qué puedes controlar y qué no. Esta puede ser una poderosa herramienta de concienciación que te brinda equilibrio y paz, en lugar de los niveles típicamente altos de estrés y los comportamientos erráticos asociados con estar preocupado por lo que no podemos controlar.
- Estrategia de Autogestión: aceptar que el cambio está a la vuelta de la esquina. Si el cambio nos sorprende, tiende a tener un mayor impacto en nosotros. Si bien siempre nos enfrentaremos a desafíos (y triunfos) inesperados en la vida, podemos mitigar las sorpresas aceptando y reconociendo que el cambio está a la vuelta de la esquina. Dedica algún tiempo a pensar en los posibles cambios en el horizonte. Sé claro al respecto e incluso haz una lista de los posibles cambios que pueden ocurrir en el próximo mes. ¿Cómo podrías prepararte? ¿Qué acciones podrías tomar? Cuanto más abiertos estemos al cambio, más preparados podremos estar.
- Estrategia de Conciencia Social: vive el momento. Si te encuentras a la deriva mentalmente durante una conversación o una reunión, trata de volver al momento presente. Cuanto más presente puedas estar en el momento, mejor podrás detectar las señales de cambio a medida que surjan. Para vivir el momento, toma nota de las personas que te rodean, lo que dicen, cómo se mueven y cómo te experimentan o reaccionan. También toma nota del entorno más amplio, tanto cultural como materialmente. Cuantos más datos puedas tomar sobre el momento en sí, mejor. Esto te ayudará a anticipar con mayor precisión lo que está por venir en el futuro inmediato.
- Estrategia de gestión de relaciones: generar confianza. Generar confianza es fundamental para gestionar las relaciones y ser eficaz en el trabajo y en la vida. Comunícate abiertamente y estate dispuesto a compartir información sobre tu persona. Trata de ser consistente en tus palabras, acciones y comportamiento a lo largo del tiempo y cumple con los compromisos que hagas. Si dices que harás algo, hazlo. Otros observarán esto, y la confianza puede construirse mutuamente en tus relaciones. Cuanto más puedas generar confianza con los demás, más apoyo sentirás para hacer frente con eficacia al cambio. Al igual que tus valores, las relaciones basadas en la confianza pueden ser cosas más predecibles y seguras, y servir como anclas de estabilidad frente al cambio.
AUTOR
Joshua Rosenthal. Como Director de Capacitación en TalentSmart, Josh ofrece más de 15 años de experiencia en inteligencia emocional, desarrollo de liderazgo, facilitación, diversidad e inclusión, competencia y sensibilidad cultural, resolución de conflictos y colaboración grupal para la efectividad organizacional. Ha trabajado con organizaciones en una amplia gama de industrias para impulsar iniciativas de aprendizaje estratégico.
IMAGEN: montaje propio sobre foto de Katii Bishop en Pexels e ilustración de Geralt en Pixabay
