Incertidumbre, planificación e improvisación

 

Por Alberto Losada Gamst

Los que hoy vivimos nunca hemos pasado por una etapa de tanta incertidumbre.

La irrupción del COVID-19 ha destrozado los planes, las rutinas y las planificaciones de casi todas las personas y organizaciones. Además, sin libro de instrucciones ni tutoriales medio serios en Internet que nos expliquen qué demonios hacer.

 

Si prefieres oír en vez de leer...

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Ya llevábamos unos años hablando del entorno VUCA. Para quien no lo conozca conceptualmente -porque en la práctica nos hemos hecho maestros a la fuerza en su gestión-, VUCA es un acrónimo de las palabras inglesas

-Volatilidad: la estabilidad pasa a ser sustituida por la liquidez. La evolución es constante y los cambios son lo único que sabemos con certeza que ocurrirá.

-Incertidumbre (Uncertainty): consecuencia de la volatilidad, ahora es mucho más difícil hacer pronósticos porque el futuro es aún más imprevisible que antes. Ahora más que nunca se aplica aquello de que “los resultados del pasado no garantizan los del futuro”.

- Complejidad: ahora todo es difícil y tiene un montón de variantes y derivadas. Los colores blanco y negro han desaparecido y en la paleta tenemos una infinita gama de grises. Ahora hay que tener en cuenta muchas más posibilidades a la hora de analizar procesos o proyectar resultados de una decisión. Pocas veces se ha necesitado tanto de un liderazgo sólido que nos guíe.

-Ambigüedad: miremos donde miremos, hay una bruma que nos impide ver a cierta distancia. Consecuencia de los otros tres factores, nos pone ante una situación de la que apenas sabemos y cuyo futuro es muy difícil de pronosticar.

¿Te suenan estas situaciones? Apuesto que sí.

 

INCERTIDUMBRE

La consecuencia de todo esto es la Incertidumbre. El diccionario Collins la define como “un estado de duda sobre el futuro y sobre lo que hay que hacer.” La Incertidumbre lleva con frecuencia a la parálisis y siempre al freno en la actividad: recordemos el ejemplo de la bruma en la ambigüedad. Todos reducimos la velocidad o incluso paramos el coche si no vemos más allá del parachoques.

PLANIFICANDO... ¿QUÉ Y CÓMO?

¿Cómo planifico yo con tanto desconocimiento respecto al futuro? Pues con imaginación, pragmatismo y sentido común. Añádele una buena pizca de suerte y puede que tengas una buena receta para preparar tu futuro con arreglo a algo parecido a un plan.

Como todos sabemos, para planificar hace falta un mínimo de información sobre la que tomar decisiones. Pero, ¿qué información? ¿La del año pasado? No nos vale porque el entorno ha cambiado completamente. ¿La de otros sectores o mercados? Pues le pasa lo mismo.

Entonces, ¿cómo me organizo? Pues como están haciendo la mayor parte de las empresas y Gobiernos: a corto plazo y, con más frecuencia de la deseable, improvisando sobre la marcha. Incluso escuché a un amigo decir, medio en serio y medio en broma, que quizá sería una buena idea incorporar a una echadora de cartas a algunos Consejos de Administración para que aporte sus talentos adivinadores al proceso de toma de decisiones.

 

¿Y QUÉ HAGO AHORA?

Ha llegado el momento del pensamiento ágil lateral, flexible, y de la toma de decisiones basadas casi tanto en intuiciones como en informaciones. Es el momento de los líderes de verdad: no de los que tienen las respuestas sino de quienes saben animar a las personas a buscarlas. Las empresas emocionalmente inteligentes tomarán la delantera a las que no lo sean por tener entre sus filas al mejor talento.

Y se ha terminado el aguantar a los quejosos: mejor deshacernos de ellos porque son un lastre para sus empresas y organizaciones. Sustituyamos de una vez la cultura de la queja -por otro lado tan hispana- por la de la propuesta. Por la del pensamiento crítico, proactivo, y buscador de soluciones y oportunidades. Apostemos por la curiosidad y la creatividad como rasgos imprescindibles. Ahora es cuando la inteligencia colaborativa y la gestión interna de las ideas tienen que ser incorporadas como protagonistas a la cultura empresarial.

 

Porque el futuro está dentro de la bruma, y entre todos podremos viajar mejor porque veremos más.

 

AUTOR
Alberto Losada Gamst. Consultor de empresas especializado en la inteligencia colaborativa y la gestión de las ideas, gracias a una mejor comunicación interpersonal. Escritor de artículos sobre innovación, comunicación en las empresas y repensamiento de nuestras actividades.

Como formador especializado en habilidades de comunicación e innovación en las organizaciones, he impartido talleres en más de 30 empresas (muchas de las cuales han repetido con nuevos grupos) y más de 1.100 participantes. Y en todas las ocasiones he aprendido mucho de todos. ¡Gracias por ello!

IMAGEN: Pixabay en Pexels

 

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