Hay dos motivos fundamentales por los que las personas hacemos cosas por propia iniciativa: porque nos interesa, o porque creemos que es lo correcto. O por los dos a la vez.
Hablemos de empresas. Si nos ponemos en plan estricto, su objetivo fundamental es uno: ganar dinero. Porque sin rentabilidad no hay empleo, ni facturación para sus proveedores, ni servicio a los clientes, ni políticas sociales, ni nada en absoluto porque quebraría.
Traigo esta obviedad a cuento de un cliente que hace poco me pidió un taller de diversidad. Como entiendo que el asunto está quemado por sobreexplotado desde el punto de vista del marketing (lo que no le quita un ápice de importancia) lo que les propuse fue un enfoque distinto. En vez de hablar de lo mal que está marginar a algunas personas por sus perfiles, y a continuación anunciar un “Taller de Diversidad” (uno más… no, por favor), les ofrecí otro que remarcaba la importancia de la riqueza de perspectivas a la hora de buscar soluciones e identificar nuevas oportunidades de negocio.
Básicamente, que es de sentido práctico a la hora de mejorar la cuenta de resultados el contar con opiniones y visiones muy distintas. La diversidad siempre ha sido la madre de la creatividad.
No sólo porque sea lo éticamente correcto, no.
Porque es también lo empresarialmente inteligente.
EL EFECTO MEDICI EN LA INNOVACIÓN
La Casa de los Médici consiguió su riqueza y poder político por primera vez en Florencia en el siglo XIII, a través de su éxito en el comercio y la banca. A partir de 1434, con el ascenso al poder de Cósimo de Médici, el patrocinio de las artes y las humanidades por parte de la familia convirtió a Florencia en la cuna del Renacimiento: el renacimiento científico, artístico y cultural de Europa. Lorenzo de Médici (1449-1492, también conocido como Lorenzo el Magnífico), patrocinó el trabajo de maestros como Miguel Ángel, Sandro Botticelli o el mismísimo Leonardo Da Vinci. El propio Lorenzo era poeta.
Esta Casa era un hervidero de talentos de todo tipo, venidos de muchos sitios distintos, con conocimientos y experiencias absolutamente variados. Sin ser quizá del todo conscientes demostraron los impresionantes efectos potenciadores que tiene la variedad de perspectivas para desarrollar innovaciones y avances en las ciencias, las artes y los negocios.
En 2004, el gurú de la gestión y empresario estadounidense Frans Johansson publicó su libro "El efecto Médici: percepciones rompedoras en la intersección de ideas, conceptos y culturas ". Ese término explica la innovación que ocurre cuando disciplinas e ideas se cruzan en diferentes sectores. Esto reúne conceptos de varios campos, lo que beneficia a los equipos y las organizaciones. Da como resultado ideas y reflexiones innovadoras y una mayor creatividad.
Él sabe bien de lo que habla: es hijo de padre blanco sueco y madre africano-americana cherokee, y ha nacido en Suecia. Vive en Estados Unidos.
En su libro habla de dos tipos de innovación: la direccional y la interseccional. En la primera, la innovación ocurre cuando se combinan ideas de un mismo campo o sector. En cambio, en la segunda, el fenómeno se da al cruzarse ideas y conceptos de disciplinas completamente distintas.
INNOVAR CRUZANDO ESPACIOS Y BARRERAS
La innovación interseccional creada por la Casa Médici tiene varias ventajas:
- como no requiere una particular formación ni experiencia, hay muchas más personas que pueden aportar ideas
- al haber más personas, se multiplica el número de nacimientos de ideas y propuestas
- tanta interacción entre distintos campos cuestiona la existencia de las barreras que los separan, llevando a explorar nuevas definiciones que podrán ponernos en la pista de descubrimientos que de otra forma no habríamos ni soñado.
- permite la aparición de líderes que son el motor de tantos avances, que a su vez crean seguidores en muchos otros campos
- con frecuencia, establece la dirección a futuro para que la innovación direccional vaya puliendo detalles mientras el conjunto de pensadores avanza por otros campos.
En todo caso, es fascinante verla evolucionar porque podemos saber dónde empieza… pero no tenemos ni idea de por dónde nos llevará ni cómo lo hará.
PONIENDO EN MARCHA LAS IDEAS INNOVADORAS QUE VAN APARECIENDO
Frans Johansson nos ofrece unas recomendaciones para convertir las ideas que nacen de la innovación interseccional en realidades:
- Sigue actuando a pesar de los fracasos. Obtener ideas creativas es una cosa, pero realizarlas es otra cosa. Esta es la parte difícil para muchas personas. Dado que las personas innovadoras persiguen más ideas, también fracasan más.
- No des nada por sentado. Cuestiona los marcos y esquemas que hay; piensa y actúa como si no existieran.
- Sal de tu propia red de expertos/colegas. No se trata de dejar de saludarles, sino de empezar a relacionarte con nuevos contactos de otras materias que andan buscando horizontes inexplorados.
- Acostúmbrate a manejar riesgos y a aceptar incertidumbres. Si un objetivo y el camino que lleva a él están claros es que otros ya han llegado.
- Busca tu estilo. Porque no lo dudes, el futuro está en la interseccionalidad. Es donde están las nuevas ideas y conceptos. Si realmente quieres ayudar a crear ese futuro, busca tu propia forma de interactuar con otros exploradores como tú.
Y recuerda: cualquier camino empieza por el primer paso.
Luego ya veremos los siguientes mientras andamos.
AUTOR
Alberto Losada Gamst. Consultor de empresas especializado en la inteligencia colaborativa y la gestión de las ideas. Escritor de artículos y ponente sobre creatividad e innovación, comunicación en las empresas y repensamiento de nuestras actividades.
Como formador especializado en habilidades de comunicación e innovación en las organizaciones, he impartido talleres en más de 30 empresas (muchas de las cuales han repetido con nuevos grupos) y más de 1.500 participantes a comienzos de 2023, tanto presencialmente como online. Y en todas las ocasiones he aprendido mucho de todos. ¡Gracias por ello!
IMAGEN: montaje propio con la imagen de fondo en Pexels, y bombillas de ElementsOfXploration en Pixabay
