Soy malísimo en este nuevo pasatiempo mío y ese hecho me encanta. Ya sea como individuos o como equipo, podemos beneficiarnos tanto de nuestros fracasos como de nuestros éxitos si abordamos los desafíos con una mentalidad de crecimiento. Veamos qué es, por qué es importante y cómo desarrollarla.
Traducido y adaptado del original "A Sling and a Miss: 6 Keys to Building a Growth Mindset", por Ken Downer en el blog de Rapid Start Leadership
CUANDO NADIE ESTÁ MIRANDO
Salgo por la puerta poco después de que salga el sol: así es menos probable que me vean.
Ayuda que haya un campo de béisbol a pocos pasos de mi casa. El tiempo que le puedo dedicar es poco y la logística es simple: diez minutos de caminata con mi bolsa, veinte minutos de fallos y luego diez minutos de regreso.
La alambrada de protección que hay detrás de la posición de salida ("Home") es ideal. Utilizo mosquetones pequeños para colgar una toalla cuadrada grande. En el centro he fijado con alfileres un círculo naranja cortado de una camiseta vieja. Camino hacia el montículo del lanzador – está casi exactamente a 20 metros de distancia. Desde esa distancia, mi objetivo improvisado de poco más de un metro cuadrado parece un poco pequeño. La diana en el centro, aproximadamente del diámetro de un plato grande, parece aún más pequeña.
Dejo diez pelotas de tenis sobre el césped, caliento brazos y hombros balanceándome y estirándome un poco, y luego me pongo a trabajar. En mi bolsa hay varios trozos de cordón trenzado grueso, cada uno de 1,2 metros, tejidos con diferentes materiales. Hoy usé el de yute. La semana pasada me llevó unas tres horas trenzarlo. El primero que hice con un ovillo de hilo metálico (sisal) tardó mucho más y fue mucho más complicado.
Un extremo del cordón tiene un pequeño lazo a través del cual paso mi dedo medio derecho. Pellizco el otro extremo con el pulgar y el índice para que el resto del cordón cuelgue debajo de mi mano. Coloco la primera pelota de tenis en la bolsa trenzada dividida en la parte inferior y estiro la línea enseñada.
Mi honda de pastor ya está cargada y lista. Es muy parecida a la que David usó en su famosa lucha contra Goliat. Estoy tratando de aprender a usarla.
Es difícil.
UNA HONDA Y UN FALLO
Puedo echar la culpa a mi amigo arqueólogo por esto. Recientemente me involucró en la coautoría de artículos sobre una batalla romana indocumentada hace miles de años. Eso generó interés en las herramientas de combate utilizadas por ambos bandos, en particular la honda. Y si iba a escribir sobre hondas, tenía sentido tener experiencia práctica con ellas.
David usó piedras lisas, que pueden ser mortales. En manos expertas, una honda puede ser tan letal como un arma de fuego. Sólo intento dar en el blanco sin lastimar a nadie (incluyéndome a mí), lo que explica que use pelotas de tenis.
Le doy a la honda tres giros para acelerarla hasta la velocidad de lanzamiento y luego suelto el agarre del pulgar. La pelota de tenis forma un arco hacia el cielo, gira rápidamente a medida que asciende y luego cae. Golpea débilmente contra la alambrada con un decepcionante tintineo metálico. Se me ha ido como un metro y medio por encima de la diana y hacia la derecha. Fallo.
La secuencia se repite nueve veces más: cargar, girar, soltar. Casi todos los lanzamientos fallan, aunque algunos se acercan. Después de diez intentos, recojo las bolas, vuelvo al montículo del lanzador y empiezo de nuevo hasta haber hecho 40 tiros.
Hoy llegué al cuadrado tres veces, una tasa de éxito de solo el 7,5% según la hoja de cálculo que monté para seguir mi progreso. En 11 sesiones de práctica y 670 lanzamientos hasta ahora, solo he registrado dos tiros en el blanco, más por suerte en este momento que por habilidad. Muchos más de mis intentos han fracasado por completo. Pero estoy mejorando.
¿Por qué compartir esta historia de mis inútiles esfuerzos con la honda? Parte de esto tiene que ver con los beneficios que conlleva el desafío de aprender cualquier habilidad nueva. Pero parte de esto también se relaciona directamente con el liderazgo. Esto es lo que quiero decir.
APRENDIENDO Y CRECIENDO
Fomenta la mentalidad. A nivel individual en el mundo laboral, para tener éxito en niveles cada vez más altos se requiere crecimiento, y el crecimiento requiere la capacidad de adaptarse, aprender y mejorar. Muchas de esas oportunidades para aprender y adaptarse surgen ante el fracaso.
En su excelente Mindset: The New Psychology of Success, la autora Carol Dweck diferencia entre dos mentalidades diferentes. Una es una mentalidad fija, en la que tendemos a creer que nuestras habilidades y talentos están limitados a aquello con lo que nacimos. Si todo lo que somos ahora es todo lo que podemos ser alguna vez, nuestra actitud se convierte en la de defender nuestro estatus. Evitamos desafíos y obstáculos donde corremos el riesgo de fracasar, ignoramos o rechazamos las críticas y nos sentimos amenazados por el éxito de los demás. Las personas con esta mentalidad, dice Dweck, no lograrán alcanzar su máximo potencial.
Por otro lado, quienes tienen una mentalidad de crecimiento creen que siempre hay margen de mejora y que el crecimiento proviene de aceptar desafíos, buscar feedback y encontrar inspiración en las lecciones y éxitos de los demás. Como ella dice:
Busca el conocimiento. Para mejorar en el lanzamiento, la práctica es sólo una parte. Como ocurre con muchas actividades, buscar conocimiento y encontrar inspiración en los demás es otra parte de la fórmula. He visto docenas de videos sobre hondas en YouTube, seguí tutoriales para hacer mis propias hondas y me uní a un foro en Internet donde estoy aprendiendo mucho de personas generosas que están dispuestas a compartir sus conocimientos y opiniones.
Su habilidad demostrada con la honda me inspira a seguir así. Me recuerdo a mí mismo que alguna vez fueron tan ineptos en esto como lo soy yo actualmente.
Acepta la incomodidad. Practico con la honda por la mañana; hay menos gente ahí afuera para verme hacer esta cosa extraña en la que evidentemente no soy muy bueno. Mientras los demás me miran, me siento incómodo, pero me recuerdo a mí mismo que este malestar es algo bueno: no podemos darnos el lujo de sentirnos demasiado cómodos. Si no somos desafiados, no estamos aprendiendo, y si no aprendemos, nos estancamos o, peor aún, nos quedamos atrás.
Me recuerda una de mis citas favoritas:
La modificación que haría a la observación de Hawthorne es que no se trata de una cuestión de uno u otro. La mejor combinación es aprender a ser feliz por y gracias a la incomodidad que nos ayuda a crecer.
Aprender lanzar con la honda es una forma de ayudarme a:
- fomentar mi propia mentalidad de crecimiento
- encuentrar valor e inspiración en los logros de los demás.
- aceptar esa sana incomodidad que viene con el crecimiento
Lo ideal sería recordar y transferir esos valores y actitudes que estoy reforzando en mi entrenamiento con la honda a otras partes de mi vida.
Si nos consideramos estudiantes perennes, siempre estaremos listos para aprender y crecer.
Reduce la presión. Mientras estoy practicando, si un niño curioso en bicicleta se detiene a mirar, me desconcierta. Su interés en mi extraño comportamiento añade presión. La mayoría de las veces, el siguiente lanzamiento se vuelve loco. Los investigadores llaman a esto el efecto audiencia: la presencia de otros tiene un impacto en nuestro rendimiento.
Si estamos haciendo algo en lo que somos buenos, saber que otros nos están mirando puede inspirarnos a lograr mayores logros: queremos quedar bien. Pero cuando intentamos aprender tareas nuevas o complejas, nuestro cerebro ya está completamente ocupado. Agregar una audiencia agrava el desafío porque no queremos quedar mal. El miedo a ser juzgados conduce a una sobrecarga mental que puede provocar que nos ahoguemos. Por eso practico por la mañana.
Para ayudar a nuestros compañeros de equipo a dominar una nueva habilidad, puede ser útil proporcionar espacio físico y privacidad, y buscar formas de minimizar las distracciones.
Perdona el fracaso. En el transcurso de una sesión de práctica, mis lanzamientos tienden a mejorar progresivamente. El primero puede ser amplio hacia la derecha, el segundo hacia la izquierda y el tercero nuevamente hacia la derecha, pero tal vez no tanto. Todos ellos son fracasos en el sentido de que no he dado en el blanco. Sin embargo, al observar y adaptarme a cada intento fallido, cada vez soy menos malo.
Con nuestros compañeros de equipo, si podemos establecer condiciones que permitan el fracaso y el ajuste, permitiremos la adaptación y el aprendizaje progresivos. Por otro lado, si castigamos inmediatamente el fracaso, los haremos reacios a correr el riesgo de volver a fracasar y acabaremos atrofiando el proceso de crecimiento.
Elogia el esfuerzo. Otra idea que ofrece Dweck tiene que ver con cómo damos feedback. En un ejemplo, los investigadores hicieron que dos grupos de estudiantes intentaran resolver diez preguntas de un test de inteligencia. Ambos grupos tuvieron un resultado igual de bueno, pero los investigadores elogiaron su rendimiento de manera diferente. Con la mitad, se centraron en la habilidad: "Obtuviste una muy buena puntuación". La otra mitad recibió elogios que se centraron en su esfuerzo: "Debes de haber trabajado muy duro".
El grupo elogiado por su habilidad fue esencialmente empujado a una mentalidad fija. Eligieron no asumir una nueva tarea desafiante que los ayudaría a aprender, por temor a que expusiera sus limitaciones. El grupo, elogiado por su esfuerzo, había adoptado una mentalidad de crecimiento. Aceptaron fácilmente el nuevo desafío y, cuando tuvieron dificultades con la tarea, interpretaron que la dificultad significaba que debían aplicar más esfuerzo o probar nuevas estrategias.
Cuando ambos grupos realizaron una prueba posterior, los elogiados por su esfuerzo habían aprendido del desafío anterior y superaron significativamente a los que se centraron en la capacidad.
¿Cómo se ve esto en el trabajo? Tal vez elogiemos a las personas por tomar la iniciativa, por superar un revés difícil, por aprender algo nuevo o por ser receptivos a la crítica constructiva.
MENTALIDAD DE CRECIMIENTO: LO QUE NOS LLEVAMOS
Siempre se habla de encontrar “talento” para sumar a nuestros equipos, pero si ese talento viene con una mentalidad fija, puede ser limitado, defensivo y celoso. Si nuestra esperanza es producir equipos de alto rendimiento, esas son cualidades que pueden hacer más daño que bien.
En las condiciones adecuadas y con un buen liderazgo, podemos fomentar una mentalidad de crecimiento entre los compañeros de equipo que ya tenemos. Y en el proceso, también podemos terminar formando un equipo más fuerte.
Estas son las cosas que espero que refuercen mis esfuerzos por aprender a usar la honda. Un día, si mantengo esta mentalidad de crecimiento, podré alcanzar el objetivo.
Hoy, si te pararas directamente frente a mí cuando estoy lanzando, probablemente estarías bastante seguro.
Pero dame unas semanas más de fracaso en privado y luego ¡ya verás!
¡Adelante!
AUTOR
Ken Downer es Eagle Scout y Veterano del Ejército de EEUU. Tras retirarse se dedicó a enseñar a los Scouts sobre liderazgo y ayudarlos a aprender y crecer como líderes capaces y seguros de sí mismos. En un momento dado pensó que podía tener un mayor impacto y dejar una impresión más duradera si grababa lo que estaba enseñando para poder compartirlo. Eso llevó a algunos videos experimentales de YouTube y luego a montar un canal. La idea creció desde allí hasta convertirse en una página web, que publicó como RapidStart Leadership en septiembre de 2015.
IMAGEN: la del artículo original, con Ken practicando el lanzamiento con honda en un campo de béisbol
