Lo que Adam Smith puede enseñar a los aspirantes a líderes

Smith advirtió sobre la planificación y el control centralizados a escala de la economía en su conjunto, pero la misma lógica puede aplicarse a cualquier organización.

 

Traducido y adaptado del original "What Adam Smith Can Teach the Aspiring Leaders of Today", por Zachary A. Collier en Fee Stories

 

 

A lo largo de tu carrera, es probable que te encuentres con varios jefes diferentes, algunos buenos y otros no tan buenos. Con el tiempo, es posible que te encuentres en la posición de liderar a otros, tal vez en un equipo de proyecto o incluso en una función de supervisión directa. Asumir un puesto directivo puede parecer una tarea desalentadora. Por supuesto, todo el mundo quiere ser un buen jefe, pero no todo el mundo es un buen jefe.

La gestión dentro de una organización es una función multifacética, con muchas oportunidades de error. Un obstáculo particular que cometen los nuevos managers cuando pasan de empelados de base a dirigir la realización del trabajo de otros es la negativa a ceder el control. Aquí podemos aprender del gran economista Adam Smith, de su Teoría de los Sentimientos Morales, donde describe al “Hombre de Sistema”:

“El hombre de sistema, por el contrario, tiende a ser muy sabio en su propia opinión; y a menudo está tan enamorado de la supuesta belleza de su propio plan ideal de gobierno, que no puede sufrir la más mínima desviación de ninguna parte del mismo. Continúa estableciéndolo completamente y en todas sus partes, sin tener en cuenta ni los grandes intereses ni los fuertes prejuicios que puedan oponerse a él. Parece imaginar que puede ordenar los diferentes miembros de una gran sociedad con tanta facilidad como la mano ordena las diferentes piezas sobre un tablero de ajedrez”.

 

Smith estaba advirtiendo sobre la planificación y el control centralizados a escala de la economía en su conjunto, pero la misma idea puede aplicarse a la organización, o incluso a un proyecto complejo. Intentar controlar todo desde arriba hacia abajo invariablemente resulta en consecuencias no deseadas y falta de armonía.

 

EL MICROMANAGEMENT LLEVA AL DESORDEN

La microgestión es una forma en que las personas intentan ejercer control. Imagina que tienes un jefe al que le encanta microgestionar todo. Es probable que tengas una determinada manera de abordar la ejecución de tu trabajo, pero tu jefe insiste en imponer limitaciones en la forma en que ejecutas tus tareas. Al controlar constantemente el trabajo de sus empleados, los jefes microgestionadores desmotivan a los trabajadores. Al igual que el Hombre del Sistema de Smith, el jefe microgestor quiere que un trabajo se haga de una manera específica y espera que todos lleven a cabo esa visión particular. Smith continúa:

“Él [el hombre de sistema] no considera que las piezas del tablero de ajedrez no tengan otro principio de movimiento además del que la mano les imprime; pero que, en el gran tablero de ajedrez de la sociedad humana, cada pieza tiene un principio de movimiento propio, completamente diferente del que la legislatura podría decidir imprimirle. Si esos dos principios coinciden y actúan en la misma dirección, el juego de la sociedad humana se desarrollará fácil y armoniosamente, y es muy probable que sea feliz y exitoso. Si son opuestos o diferentes, el juego continuará miserablemente y la sociedad deberá estar en todo momento en el más alto grado de desorden”.

 

Por supuesto, a veces dentro de una organización es necesario que haya políticas e instrucciones que fluyan de arriba hacia abajo. Pero los mandos  se topan con problemas cuando no permiten que la información fluya de abajo hacia arriba. Una buena gestión requiere retroalimentación y flexibilidad, donde cada empleado tenga la libertad de tomar decisiones y resolver problemas por sí solo; en términos de Smith, cuando cada pieza en el tablero de ajedrez sigue su propio principio de movimiento.

 

RECONOCE LOS LÍMITES DE TU CONOCIMIENTO

La flexibilidad es importante debido a nuestra propia falta de conocimiento. Cuando la administración gobierna mediante reglas de arriba hacia abajo, centralizadas e inflexibles, imponiendo su voluntad a quienes están debajo de ellos, el sistema colapsa. A medida que aumenta el tamaño y la complejidad del sistema organizacional, la probabilidad de que una persona posea todo el conocimiento necesario para realizar con éxito todas las tareas se reduce a cero. Tal como señaló FA Hayek en su ensayo "El uso del conocimiento en la sociedad", el conocimiento “nunca existe en forma concentrada o integrada”, sino que está descentralizado y existe como “fragmentos dispersos de conocimiento incompleto y frecuentemente contradictorio” en manos de muchos individuos diferentes. Smith comenta sobre la naturaleza ampliamente dispersa y profundamente individual del conocimiento en La riqueza de las Naciones:

“Es evidente que cada individuo puede, en su situación local, juzgar cuál es el tipo de industria nacional que su capital puede emplear, y cuyo producto probablemente será de mayor valor, que cualquier estadista o legislador”. puede hacer por él. El estadista que intentara indicar a los particulares la manera en que deben emplear sus capitales, no sólo se cargaría con una atención absolutamente innecesaria, sino que asumiría una autoridad que no sólo podría confiarse con seguridad a ninguna persona en particular, sino a ningún consejo ni senado, y que en ninguna parte sería tan peligroso como en manos de un hombre que tuviera la suficiente necedad y presunción para creerse apto para ejercerlo”.

 

Entonces, ¿qué podemos aprender de Adam Smith sobre gestión?

  • En primer lugar, los buenos directivos no pueden controlarlo todo como si fueran piezas de un tablero de ajedrez. En cambio, deben comunicar la visión y los requisitos, pero dejar que los empleados planifiquen y realicen el trabajo.
  • Además, es necesario que existan mecanismos de feedback que permitan a los empleados expresar sus inquietudes y proponer soluciones cuando las cosas no van bien.
  • La flexibilidad es clave. Hay múltiples caminos para llegar al mismo objetivo, y microgestionar el proceso es contraproducente y conduce a conflictos internos.
  • Por último, los directivos deben ser humildes respecto de cuánto conocimiento poseen realmente. En lugar de pensar que lo saben todo, los buenos directivos saben cuándo confiar en el conocimiento disperso de su equipo.

Al asumir un rol de liderazgo durante tu propia carrera, es útil mantener la mente abierta, buscar asesoramiento y tutoría, y aprender todo lo que puedas sobre gestión y liderazgo. No faltan libros, revistas y sitios web dedicados al tema.

Y si bien es bueno consultar fuentes modernas, no olvidemos las lecciones de gestión expresadas por Adam Smith hace más de 200 años.

 

AUTOR

Zachary A. Collier, Ph.D. Es profesor asistente de Gestión en la Universidad de Radford.

 

IMAGEN: Vuk Saric en Canva Pro

 

 

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