Las dos preguntas que tus elecciones necesitan que hagas

Las grandes decisiones a menudo se nos ocultan.

Tomamos decisiones aparentemente pequeñas que en ese momento parecen intrascendentes. Y luego, a veces días o meses después, nos muerden.

No pensamos en el futuro. No eso está mal.

No es que no pensemos en el futuro. Es que no nos hacemos las preguntas correctas para considerar cómo será el futuro. Nuestras mentes están llenas de expectativas de lo que podría suceder ahora.

Este pensamiento cortoplacista tiene un nombre: sesgo presente. El futuro es sólo un vistazo, no una consideración.

Las preguntas pueden cambiar la información que consideramos antes de decidir.

Entonces quiero ver una combinación de dos preguntas: 1) ¿A dónde te llevará esta decisión?; y 2) ¿Y entonces, qué?

 

Traducido y adaptado del original "The Two Questions Your Choices Need You To Ask", por Darren Matthews en el blog de Resolve

 

¿A DÓNDE TE LLEVARÁ ESTA DECISIÓN?

La toma de decisiones podría ser (y a menudo lo es) como una fórmula.

Información + acción = resultado

Es la base de cada decisión que tomamos.

Cada elección comienza con la información. Los hechos definen dónde estamos. El deseo a través de la imaginación nos da información sobre un resultado. Todo tipo de historias, tanto verdaderas como falsas, contribuyen a esta percepción.

Vemos nuestra decisión así: si adopto esta acción, ¿qué resultado me dará?

Sí, hay todo un mundo de problemas en la evaluación de la información. El sesgo de confirmación, la aversión a las pérdidas y el sesgo de actualidad afectan nuestro juicio sobre lo que creemos saber.

Pero lo que debemos hacer es mirar hacia adelante.

Necesitamos preguntarnos ¿adónde nos llevará esta decisión?

Es una pregunta que nos obliga a pensar en el resultado, en la gravedad de la información y nuestras acciones, y en ver cómo se combinan.

Es importante destacar que esta pregunta no tiene una sola respuesta.

Es una visión ingenua pensar que si hacemos X obtenemos Y.

No vivimos en un mundo binario. La consideración de preguntar adónde lo llevará esta decisión tiene que ampliar su pensamiento para considerar resultados que quizás no desee.

 

¿Y ENTONCES, QUÉ?

Esta segunda pregunta, como la primera, requiere nuestra imaginación.

Lo que hace es alertarnos del hecho de que la toma de decisiones no es un hecho aislado. Es un dato en una reacción en cadena de eventos que llamamos vida.

Una decisión lleva a otra y luego a otra.

El proceso es interminable hasta que mueres.

La pregunta "y luego qué" abre la mente para considerar los efectos de segundo y tercer orden de la decisión. Toma tu "pequeña decisión" y luego te hace pensar en las consecuencias del resultado que estás persiguiendo.

Si luego juntas estas dos preguntas y las haces una y otra vez, podrás vislumbrar un futuro que pocos verán.

 

CONSECUENCIAS

Yo tenía diecisiete años.

Hay algo que decir sobre el tono que proviene del cielo de verano. Tiene un tono atractivo. Una calidez que no puedes tocar pero que te atrae hacia afuera.

El sol y la playa me llamaban.

Siendo un año menor, Toby había terminado sus exámenes. Estaba en la universidad, perdido en las llamadas del cielo azul a través de la ventana oxidada.

El sol ganó, así que terminé la universidad temprano y caminé hasta la casa de Toby.

A media mañana estábamos en la playa disfrutando del sol y chapoteando en el mar.

Ese verano pasé mis días en la playa, saltando olas por la mañana y relajándome bajo el sol por la tarde. Era mucho más atractivo que sentarse en un aula calurosa.

No pensé adónde me llevaría esta decisión.

Si lo hubiera hecho, entonces habría pensado en el impacto de obtener unas notas bajas. Habría considerado que había riesgo de expulsión. Si hubiera preguntado "¿y luego qué?", podría haber considerado que la carrera que quería se me estaba escapando. Cuanto más tiempo pasaba en la playa, más cambiaba mi futuro.

El impacto a largo plazo de ese verano fue significativo.

Dejé la universidad el otoño siguiente. Estaba tan atrás que no pude alcanzar a los demás. La carrera que quería había desaparecido; no tener notas suficientes significaba perspectivas laborales muy diferentes.

 

PENSAMIENTOS PARA TERMINAR

En retrospectiva, esto siempre hace que esto parezca obvio después del evento.

Pero ese es el punto.

La retrospectiva nos permite aprender. Los recuerdos nos dan esto, y no deberíamos eludir la oportunidad de profundizar en nuestras decisiones y pensar en formas de mejorarlas.

Mi verano de diversión fue genial en ese momento.

¿Se alineaba con mi objetivo a largo plazo de convertirme en aparejador?

No.

Las consecuencias no son eventos que buscamos al tomar decisiones. Pero deberían ser algo que tratemos como una porción más del pastel de información que necesitamos consumir.

La doble pregunta, que puede seguir y seguir, abre una perspectiva para cuestionar si tus pequeñas decisiones son las correctas.

Parece que esas son preguntas que vale la pena hacer.

AUTOR

Darren Matthews dice de sí mismo: "examino la forma en que tomamos decisiones -ya sea de forma intuitiva o más considerada- y comparto mis aprendizajes en el camino". Es el fundador de The Resolve Blog, "una web diseñada para ayudarme a mí mismo -y a otros- a tomar mejores decisiones".

IMAGEN: Jan Genge en Unsplash

 

 

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