"Puedes hacer cualquier cosa, pero no hacerlo todo" - David Allen
El año pasado, facilité un curso virtual cuyo propósito era ayudar a la gente a transformar en realidad sus ideas, sueños y emprendimientos inspirados. Fue muy divertido y gratificante: mi "vocación", si quieres (y aunque no quieras).
En el proceso de aprendizaje se incluyeron algunas formas sencillas de ayudar a los participantes a ser conscientes de los lugares de su interior en los que pueden encontrarse enredados o con dificultades en su enfoque.
Un enredo que me ha sorprendido es lo difícil que le resulta a la mayoría de la gente pedir ayuda.
Traducido y adaptado del original "On Asking for the Help You Need", por Mitch Ditkoff en el blog "The Heart of Innovation" de Idea Champions
Si bien es cierto que el proceso creativo requiere una buena dosis de soledad, también requiere una buena dosis de interacción con los demás y, en ocasiones, el apoyo oportuno de otros.
De hecho, hay momentos en los que hasta el más autosuficiente y seguro de sí mismo de entre nosotros necesita un empujón, un tirón, un meneo, una sacudida, un comentario, un estímulo o un abrazo.
Aunque la mayoría de la gente reconoce intelectualmente esta necesidad, a la hora de la verdad (como ocurre a menudo), la mayoría de nosotros tendemos a adoptar el modo "estoy solo en esto".
Hmmm...
Llevo unos meses dándole vueltas a este fenómeno, intentando comprenderlo mejor. Esto es lo que se me ha ocurrido:
LAS 10 RAZONES POR LAS QUE LA MAYORÍA DE NOSOTROS NO PIDE AYUDA
1. Suponemos que las personas a las que queremos pedir ayuda están demasiado ocupadas.
2. No tenemos clara la ayuda concreta que necesitamos.
3. No sabemos a quién pedir ayuda.
4. Anticipamos malestar si nuestra petición de ayuda es rechazada.
5. No creemos merecer la ayuda de nadie.
6. Pensamos que pedir ayuda es un signo de debilidad.
7. No queremos estar "en deuda" con nadie (por si la persona que accede a nuestra petición invierte un día los papeles y nos pide ayuda).
8. Tememos que personalidades fuertes cuestionen nuestro planteamiento.
9. Tenemos miedo al éxito.
10. Tememos que nuestro producto final no sea tan increíble como imaginamos, así que lo subvertimos al no pedir ayuda.
Así que ahí lo tienes: diez lobos feroces que pueden haberse instalado en tu cabeza, viejos hábitos que comprometen tu capacidad para pedir ayuda.
Sepa que hay muchas maneras de superar, pasar por debajo, rodear y atravesar estos obstáculos. Para empezar, considera algunas de las siguientes opciones. Después, elige al menos una de ellas para empezar la fiesta:
GUÍA DEL IDIOTA SABIO PARA OBTENER LA AYUDA QUE NECESITAS
1. Haz una lista de todo lo que no sabes sobre tu proyecto.
2. Haz una lista del tipo de ayuda que necesitas. Sé muy concreto.
3. Haz una lista de todas las personas cuya ayuda te gustaría recibir.
4. Identifica tus formas preferidas de pedir ayuda, es decir, correo electrónico, llamada telefónica, llamada de Zoom, desayuno, comida, cena, bebidas, paseo, etc.
5. ¿Qué puedes intercambiar a cambio de la ayuda que solicitas para que no sea una transacción unidireccional?
6. ¿Quién te ha pedido ayuda en el pasado? ¿Cómo respondiste?
7. Enumera tus mayores suposiciones limitantes (es decir, creencias extrañas) sobre pedir ayuda.
8. Transforma cada una de tus suposiciones limitantes en una pregunta, empezando por las palabras "¿Cómo puedo?". Por ejemplo, si una de tus creencias es "Todas las personas que conozco están demasiado ocupadas para ayudarme", transforma esa suposición en una pregunta, es decir, "¿Cómo puedo averiguar si las personas que conozco están demasiado ocupadas para ayudarme?".
9. Cierra los ojos e imagina que tienes todo el apoyo que necesitas. ¿Cómo te sientes?
10. A veces, la parte más difícil de pedir ayuda es la frase inicial: una forma de romper el hielo. Para ello, echa un vistazo a los siguientes temas de conversación y comprueba si alguno de ellos te funciona.
-- "No estoy seguro de que lo sepas, pero estoy inmerso en un proyecto muy significativo (inserta aquí el nombre del proyecto). Cuanto más me adentro en él, más me doy cuenta de que voy a necesitar apoyo. Me pregunto si estarías dispuesto a (petición específica). Supongo que te llevará unos 20 minutos a la semana".
-- "Comprometido con (inserta aquí el nombre del proyecto) antes de que acabe el año, estoy en proceso de reunir un equipo de amigos para que me proporcionen algo de apoyo a lo largo del camino. Me pregunto si estarías disponible para formar parte de mi equipo. Este es el apoyo concreto que te pediría (inserta aquí la petición)".
-- "Respeto mucho tu capacidad para (inserta aquí la capacidad). Como sabrás, no es uno de mis puntos fuertes. ¿Estaríaa dispuesto, de vez en cuando, a ofrecerme tu opinión, asesoramiento o apoyo en este campo?".
-- Recientemente, he tenido algunos problemas con mi proyecto (inserta aquí el problema concreto). Por lo que veo, tú ya dominas este campo. ¿Estarías dispuesto a ayudarme?
-- "¿Estás disponible, una vez a la semana, para reunirte conmigo y compartir tus ideas y puntos de vista sobre mi proyecto?".
"Pedid y se os dará".
AUTOR
Mitch Ditkoff es cofundador y presidente de Idea Champions y autor de los libros "Storytelling for the Revolution" y "Storytelling at Work" , así como del popular blog Heart of Innovation. Dice de sí mismo, "Mi trabajo consiste en ayudar a las organizaciones que piensan en el futuro a salir de la caja y elevar el listón de la innovación. He estado haciendo esto desde 1987 y continuaré haciéndolo el mayor tiempo humanamente posible. Mi premisa es muy simple: "Las organizaciones no innovan. La gente innova".
IMAGEN: Sasin Tipchai en Pixabay
