El liderazgo no es sólo un título; es una fuerza transformadora que da forma a la cultura de una organización desde cero.
Con mis tres décadas de experiencia e investigaciones que respaldan esta afirmación, puedes estar seguro de que el liderazgo eficaz es la piedra angular del éxito organizacional.
Traducido y adaptado del original "How Leaders Influence Culture: The Crucial Role of Leadership in Shaping Organizational Culture", por John Spence el el blog de Business Leadership Today.
El liderazgo es fundamental en la creación de una cultura organizacional. Los líderes guían conscientemente el desarrollo de la cultura estableciendo la visión, el tono emocional y las normas de comportamiento de sus organizaciones. Empoderan a los empleados para el éxito al garantizar la alineación entre los valores culturales y la experiencia del empleado.
Es una función multifacética que influye en todos los aspectos de una organización, desde la rentabilidad hasta el compromiso de los empleados.
Los líderes influyen profundamente en la cultura al establecer una visión que une a los empleados y al crear un ambiente de trabajo impulsado por un propósito que los apoya mientras trabajan para lograr esa visión. Sus acciones dan forma a los comportamientos organizacionales, haciendo que su papel en la cultura sea estratégicamente imperativo para una excelencia sostenida.
Los líderes dan forma a los comportamientos organizacionales cultivando la inteligencia emocional, modelando los comportamientos deseados, fomentando la comunicación abierta, empoderando a los empleados y atrayendo y reteniendo a los mejores talentos a través de culturas impulsadas por un propósito.
También promueven la adaptabilidad y la inclusión, impulsando la innovación, la transparencia y la rendición de cuentas; fomentar la toma de decisiones en todos los niveles; y defender una conducta ética, estableciendo confianza e integridad dentro de la organización.
En este artículo, analizaré las 11 áreas específicas donde el liderazgo tiene un impacto significativo en la cultura organizacional, dándole forma de manera que ayude a los empleados a alcanzar su máximo potencial y a las organizaciones a lograr el éxito a largo plazo.
1. Estableciendo la visión: la estrella polar de la cultura
Los líderes son los visionarios que marcan el rumbo de la organización. Una visión convincente sirve como estrella polar y guía todas las acciones y decisiones dentro de la empresa.
Steve Jobs es un ejemplo icónico del poder de un líder visionario. Su visión para Apple no era sólo crear productos innovadores sino hacer de la tecnología una extensión de uno mismo. Esta visión influyó en todos los aspectos de la cultura de Apple, desde el diseño del producto hasta el servicio al cliente.
Según una encuesta realizada por Harvard Business Review, las empresas cuyos empleados comprenden la visión tienen el doble de probabilidades de tener el mejor desempeño.
La visión debe ser clara, inspiradora y, lo más importante, comunicada eficazmente a todos los niveles de la organización. Los empleados que pueden respaldar la misión de una organización sienten un propósito en el trabajo, lo que los mantiene motivados, comprometidos y con un buen desempeño.
2. Inteligencia emocional: la base de un ambiente laboral positivo
Los líderes son las brújulas emocionales de sus organizaciones. Otro estudio publicado en Harvard Business Review confirma que los líderes con alta inteligencia emocional tienen más probabilidades de crear ambientes de trabajo positivos y productivos.
El director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, sirve como caso de estudio de este comportamiento. Transformó la cultura empresarial de la competitividad a la colaboración y la empatía, aumentando significativamente los precios de las acciones de Microsoft.
La inteligencia emocional (IE o, comúnmente, EQ) comprende cuatro elementos clave: autoconciencia, autogestión, conciencia social y gestión de relaciones.
- La autoconciencia implica reconocer las propias emociones y su impacto.
- La autogestión se centra en controlar las respuestas emocionales y actuar con determinación.
- La conciencia social implica comprender las emociones de los demás y la dinámica en juego dentro de un grupo.
- La gestión de relaciones implica aprovechar la conciencia emocional para fomentar interacciones positivas y construir vínculos fuertes.
Dominar estos elementos es crucial para un liderazgo eficaz y la cohesión del equipo, ya que sirve como un conjunto de habilidades atemporal y una necesidad moderna en los entornos de trabajo colaborativo actuales.
3. Modelar el comportamiento: el ejemplo viviente de un código de conducta
Los líderes sirven como manuales vivientes de políticas. Sus acciones establecen el estándar de comportamiento aceptable dentro de la organización.
El énfasis de Arianna Huffington en el bienestar en el HuffPost es un excelente ejemplo. Subrayó la importancia del equilibrio entre el trabajo y la vida personal y el bienestar mediante la introducción de características innovadoras como salas de siesta y rincones de meditación.
La gestión de símbolos es una práctica en la que los líderes realizan conscientemente acciones que sirven como ejemplos vivos de la cultura que pretenden cultivar. Estos actos simbólicos sutiles pero impactantes envían mensajes poderosos al equipo.
Por ejemplo, un líder que recoge basura en el aparcamiento demuestra compromiso con la limpieza y el respeto por los espacios comunes.
De manera similar, un líder que reconoce y corrige públicamente sus propios errores sienta un precedente de responsabilidad y mejora continua. El líder subraya el valor de la colaboración y el diálogo abierto participando activamente en una sesión de lluvia de ideas.
Estas acciones no son sólo demostrativas; son movimientos estratégicos para dar forma a la cultura organizacional, haciendo de la gestión de símbolos una herramienta crítica en el arsenal de un líder.
4. Comunicación: el sustento de una organización
La comunicación eficaz es la piedra angular del liderazgo exitoso. Marc Benioff, director ejecutivo de Salesforce, emplea un marco específico conocido como proceso V2MOM (Visión, Valores, Métodos, Obstáculos y Medidas) para comunicar los objetivos de la empresa de forma clara y eficaz.
Este enfoque destaca la necesidad de canales de comunicación regulares, como boletines semanales o ayuntamientos mensuales, para mantener a los empleados informados, comprometidos y alineados con la misión de la empresa.
La comunicación abierta también implica ser receptivo a las malas noticias y a las críticas constructivas, ya que estos conocimientos son invaluables para la mejora continua. Este tipo de entorno anima a los miembros del equipo a expresar sus inquietudes, compartir ideas y señalar problemas sin temor a represalias.
Cuando los empleados se sienten seguros, es más probable que aporten soluciones innovadoras e identifiquen posibles obstáculos, mejorando los procesos de resolución de problemas y toma de decisiones.
5. Empoderamiento de los empleados: el motor del éxito
El empoderamiento de los empleados no es una palabra de moda; es una necesidad estratégica. Según un informe de McKinsey & Company, las empresas con empleados capacitados superan a sus competidores hasta en un 202%.
El empoderamiento va más allá de proporcionar herramientas y recursos; implica crear un entorno en el que los empleados se sientan seguros y se les anime a tomar decisiones y resolver problemas.
Esto requiere que los líderes deleguen y renuncien a parte del control, confiando en que sus equipos se harán cargo de sus tareas y proyectos.
El objetivo aquí es delegar hasta el punto de incomodidad y luego más allá. Los empleados empoderados de esta manera tienen más probabilidades de estar comprometidos, ser innovadores y comprometidos con el éxito de la organización. También asumirán una mayor responsabilidad por sus acciones.
6. Atracción y retención de talento: el efecto magnético
Según una encuesta de Glassdoor, el 80% de los profesionales del talento coinciden en que una cultura sólida ayuda a atraer y retener a los mejores talentos. Los líderes desempeñan un papel crucial en la configuración de esta cultura.
Por ejemplo, Reed Hastings de Netflix ha sido muy explícito sobre la cultura de la empresa, incluso publicando una presentación cultural que ha sido vista millones de veces. La plataforma es un mensaje claro para los empleados potenciales sobre lo que representa la empresa y a quién quieren en su equipo.
Es importante señalar que una cultura impulsada por un propósito se está convirtiendo cada vez más en algo no negociable para los mejores talentos, y a menudo rivaliza o supera el atractivo de un sueldo considerable. Un propósito organizacional convincente cataliza altos niveles de compromiso de los empleados, imbuyendo significado e importancia al trabajo.
Las personas están más comprometidas y motivadas cuando creen que sus contribuciones marcan una diferencia tangible. Los líderes que inculcan con éxito este sentido de propósito elevan la satisfacción de los empleados y crean una cultura magnética que atrae y retiene a los mejores y más brillantes.
A medida que el mercado laboral se vuelve cada vez más competitivo, una gran cultura (formada intencionalmente por el liderazgo) se convierte en un diferenciador del que la gente realmente quiere ser parte.
7. Adaptabilidad: la clave para la longevidad
En un panorama empresarial que cambia rápidamente, la adaptabilidad es vital. Los líderes deben fomentar una cultura que valore el aprendizaje continuo y la flexibilidad.
Un buen ejemplo es la transición de IBM de una empresa de hardware a un proveedor de soluciones cognitivas y en la nube. Bajo el liderazgo de Ginni Rometty, IBM invirtió mucho en volver a capacitar a su fuerza laboral, preparándola para nuevos roles en la computación en la nube y la inteligencia artificial.
El Cociente de Adaptabilidad (AQ) se reconoce como un factor crítico en el éxito organizacional, especialmente en el entorno empresarial actual, acelerado y en constante cambio. Un AQ alto dentro de una empresa fomenta una cultura de resiliencia, aprendizaje y agilidad, lo que permite a los equipos girar de manera efectiva en respuesta a los desafíos u oportunidades.
La adaptabilidad debe estar integrada en el ADN de la organización, lo que requiere que los líderes fomenten el cambio y la innovación de manera proactiva. Esto podría implicar la creación de equipos multifuncionales para abordar desafíos complejos o invertir en programas de mejora de habilidades para preparar a los empleados para roles futuros.
8. Inclusividad y diversidad: más que simples palabras de moda
La diversidad y la inclusión no son sólo opciones éticas sino imperativos empresariales. Un informe de McKinsey muestra que las empresas con equipos ejecutivos diversos tienen un 33% más de probabilidades de superar a sus pares.
Líderes como Mary Barra, directora ejecutiva de General Motors, han sido defensores de la diversidad y han sentado un precedente para toda la industria.
Los líderes deben promover activamente la diversidad y la inclusión a través de políticas integrales, programas de capacitación y diálogo abierto. También deberían estar dispuestos a desafiar sus propios prejuicios, dando un ejemplo personal al resto de la organización.
La inclusión va más allá de las prácticas de contratación y abarca todos los aspectos del negocio, desde el desarrollo de productos hasta el marketing, garantizando que se representen y valoren las diversas perspectivas. Desempeña un papel crucial en la construcción del tipo de pertenencia necesaria para la cohesión del equipo y los esfuerzos colaborativos exitosos.
9. Transparencia y rendición de cuentas: generar confianza
La transparencia fomenta la confianza y la rendición de cuentas garantiza la integridad. Cuando los empleados se sienten informados y valorados, los niveles de compromiso aumentan.
Líderes como Warren Buffet son conocidos por su comunicación transparente, especialmente en tiempos de crisis. Las cartas anuales de Buffet a los accionistas son una clase magistral de transparencia y responsabilidad.
Los líderes deben esforzarse por lograr una cultura en la que se adopten la transparencia y la rendición de cuentas. Esto implica ser abierto acerca de los éxitos y los fracasos y responsabilizar a todos, incluidos ellos mismos, por sus acciones.
La transparencia y la rendición de cuentas también se extienden al desempeño financiero y las estrategias comerciales, asegurando que los empleados comprendan el panorama más amplio y su papel en él.
10. Innovación y creatividad: impulsando el crecimiento
La innovación es el alma del éxito empresarial. Los líderes deben cultivar un ambiente donde los empleados se sientan seguros para expresar sus ideas y asumir riesgos calculados.
Empresas como 3M han institucionalizado esto a través de su “15% de tiempo”, donde se anima a los ingenieros a dedicar el 15% de su tiempo a proyectos de su elección, lo que lleva a inventos como el Post-it.
Los líderes también deberían estar dispuestos a invertir en innovación, proporcionando los recursos necesarios y el apoyo a iniciativas creativas. Esto podría implicar la creación de fondos dedicados a la innovación u ofrecer incentivos para ideas innovadoras.
Según un informe de PwC, el 93% de los ejecutivos de empresas cree que el crecimiento orgánico a través de la innovación impulsará una proporción más significativa del crecimiento de sus ingresos.
11. Toma de decisiones: el arte de elegir
El liderazgo a menudo implica tomar decisiones difíciles que impactan el futuro de la organización. La calidad de estas decisiones puede influir significativamente en la cultura.
Jeff Bezos de Amazon es conocido por su “regla de las dos pizzas”, que fomenta equipos pequeños (el tamaño que dos pizzas podrían alimentar cómodamente) para facilitar una toma de decisiones más rápida y efectiva.
Los líderes deben fomentar una cultura en la que la toma de decisiones no sea sólo de arriba hacia abajo, sino que también implique aportaciones de varios niveles de la organización.
Delegar trabajo importante tan abajo en la organización como sea posible crea una cultura donde las personas se sienten escuchadas, confiables y valoradas y donde se esfuerzan por enfrentar los desafíos de una mayor responsabilidad.
AUTOR
John Spence es un reconocido ponente, consultor y coach ejecutivo, que fue nombrado por la American Management Association como uno de los 50 principales líderes a seguir de Estados Unidos junto con Sergey Brin y Larry Page de Google y Jeff Bezos de Amazon. Es autor del aclamado libro sobre excelencia empresarial Awesomely Simple.
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