Desde 1993, The Style Invitational, la principal columna de palabras del periódico Washington Post, ha entretenido a las masas con sus ingeniosos y humorísticos concursos de escritura.
Uno de los retos invitaba a los lectores a tomar una palabra; añadir, quitar o alterar una letra; y proporcionar el nuevo término con una nueva definición. A día de hoy, este gigante de los periódicos sigue recibiendo nuevas propuestas, lo que deja a muchos miembros de su personal gratamente confundidos... y divertidos.
EL NACIMIENTO DEL EFECTO DOPELER
Este es exactamente el origen de esta creación llamada Efecto Dopeler. Su autor, Greg Oetjen, de Lorton (Virginia, EEUU) lo define en la edición de 1998, semana 281, recibiendo junto con otras invenciones una Mención Honorable, como
No es una teoría científica contrastada por sesudos estudios de especialistas de todo el mundo. Su origen viene de un concurso de humor que, como tantas veces pasa, fundamenta sus ocurrencias en la realidad de la vida. Basta con prestar atención a lo que oímos o leeemos a diario para darnos cuenta de lo rápidamente que son aceptadas muchas ideas que, si les dedicáramos 5 segundos de reflexión, nos daríamos cuenta de que son una estupidez -o casi.
Pero, en todo caso, no son tan geniales como nos parecieron en cuanto las oímos o se nos ocurrieron.
Hay muchas manifestaciones de la certeza del Efecto Dopeler como teoría:
- "Pues en principio me pareció una idea fabulosa. Quién iba a decir que luego sería un fracaso." Por ahí han naufragado muchos emprendedores...
- Los lemas y mensajes de los partidos políticos, sobre todo los que están en los extremos ideológicos: la sencillez de su titular hace que la gente lo dé por válido sin reflexionar, asumiéndolo y compartiéndolo en sus redes sociales. Es el triunfo del Pensamiento Simple.
- Hay un sesgo cognitivo según el cual tendemos a dar más veracidad a las afirmaciones más sencillas.
- La próxima vez que estés viendo un anuncio (que será dentro de unos segundos), recuerda el concepto del Efecto Dopeler y piensa si los anunciantes se están valiendo de él. ¿Te interesa realmente lo que te están presentando... o te quieren hacer creer que es indispensable para una mejor calidad de vida? Pues eso.
Pensemos en cómo tantas personas -yo entre ellas- podemos ser víctimas de este efecto de genialidad ilusoria. Como los seres humanos somos esencialmente vagos (tal como afirma Jeff Bezos, fundador de Amazon), pues es fácil caer en la trampa. Todo por no dedicar un poco de energía y tiempo a reflexionar sobre esa idea aparentemente tan genial. O que quizá no sea una cuestión de pereza/diligencia sino de claridad mental: pásate por el divertido artículo "3 ideas de negocio que parecen geniales cuando estás borracho", de Willem Gous. Porque de todo hay...
El remedio para mitigar los efectos del Efecto Dopeler es sencillo: pensar. Hoy se habla del Pensamiento Crítico como principal arma para defendernos de las desinformaciones y para cuestionar el stau quo de las cosas, y por ahí va la solución.
Ya sabes. Esto no va de inteligencia sino de actitud mental.
La próxima vez que te cuenten una idea fabulosa (o que se te ocurra a ti) , dale un par de vueltas antes de tomar decisiones o poner nada en marcha.
No hay de qué.
AUTOR
Alberto Losada Gamst. Consultor de empresas especializado en la inteligencia colaborativa y la gestión de las ideas. Escritor de artículos sobre innovación, comunicación en las empresas y repensamiento de nuestras actividades.
Como formador especializado en habilidades de comunicación e innovación en las organizaciones, he impartido talleres en más de 30 empresas (muchas de las cuales han repetido con nuevos grupos) y más de 1.300 participantes, tanto presencialmente como online. Y en todas las ocasiones he aprendido mucho de todos. ¡Gracias por ello!
IMAGEN: Rendy Novantino en Unsplash