En la carrera por aumentar la productividad de personas y empresas, a veces olvidamos poner límites al esfuerzo. Ello supone dar un paso atrás y evaluar fríamente cómo está saliendo realmente la ratio inversión/rendimiento.
Para ello nos ayuda la experta Celes Chua, fundadora de Personal Excellence, con su artículo original "The Law of Diminishing Returns: How To Maximize Productivity and Gains", que aquí traducimos y adaptamos.
¡Hola! Hoy quiero compartir un concepto muy aplicable al crecimiento personal: la ley de rendimientos decrecientes. Nos enseña cómo maximizar el rendimiento de nuestro tiempo y esfuerzo, y cómo sacarle el máximo provecho a la vida.
Lo aprendí mientras estudiaba economía en la escuela de negocios, y dice:
Supongamos que tienes un campo de maíz y quieres aumentar la producción de maíz con fertilizante. ¿Qué pasaría?
- Añadir una bolsa de fertilizante aumenta significativamente el rendimiento de su cosecha.
- Añadir una segunda y una tercera bolsa aumenta aún más el rendimiento, aproximadamente en la misma cantidad.
- Añadir una cuarta bolsa también aumenta la producción, pero en menor medida. Cada bolsa extra contribuye cada vez menos al rendimiento total, ¡aunque sea el mismo tipo de fertilizante! Este menor aumento de la producción se conoce como rendimientos decrecientes.
- Si se sigue añadiendo fertilizante más allá del punto de rendimientos decrecientes, el campo se sobrefertiliza y disminuye la producción total de maíz. Esto se denomina rendimientos negativos.
LA LEY DE LOS RENDIMIENTOS DECRECIENTES EN NUESTRA VIDA
La ley de rendimientos decrecientes se puede observar en diferentes ámbitos de nuestra vida. Pensemos en estos ejemplos:
- Trabajo. Las primeras horas de la jornada laboral suelen ser las más productivas. Hacia el final de la jornada, la productividad empieza a disminuir a medida que baja nuestra energía. A partir de cierto punto, esto provoca agotamiento.
- Redes sociales. Si bien usar las redes sociales puede resultar divertido y entretenido al principio, después de un tiempo deja de serlo. Usarlas durante 2, 3 o 4 horas puede ser agotador y mermar nuestra productividad.
- Aprendizaje. El primer libro que leemos sobre un tema suele ser el más útil, ya que nos ayuda a comprender sus conceptos fundamentales. Leer diez libros más sobre el mismo tema puede seguir siendo útil. ¿Pero leer veinte, treinta o cincuenta libros sobre exactamente lo mismo? Se vuelve repetitivo y ofrece cada vez menos beneficios (a menos que el libro esté excepcionalmente bien escrito y aporte un valor único al tema).
- Reuniones. Celebrar reuniones semanales puede mejorar la claridad y la colaboración en el trabajo. Sin embargo, demasiadas reuniones aportan poco valor, consumen tiempo productivo y generan agotamiento mental.
Como escritora, suelo ser muy productiva durante las primeras dos o tres horas de mi sesión de escritura. Después de cierto momento, me dedico a editar y reescribir, pero sin avanzar mucho. Ese es mi punto de rendimientos decrecientes.
Respecto del contenido de mi página web, es útil para mis lectores cuando escribo artículos sobre un tema nuevo. Pero, ¿escribir 10, 20 o 30 artículos sobre el mismo tema sin aportar ideas o perspectivas nuevas? Eso genera resultados decrecientes, por lo que evito escribir contenido repetitivo, aunque sea común en los blogs de autoayuda.
¿Puedes identificar situaciones en tu vida con rendimientos decrecientes?
QUÉ PODEMOS APRENDER DE ESTOS RENDIMIENTOS DECRECIENTES
La ley de rendimientos decrecientes nos enseña algunas cosas importantes.
- En primer lugar, más no siempre es mejor. A partir de cierto punto, añadir más tiempo, esfuerzo o recursos conlleva un crecimiento más lento de la producción. Y más allá de ese punto, genera pérdidas.
- En segundo lugar, es importante encontrar el punto óptimo que nos brinde el mejor retorno. Al asignar estratégicamente nuestro tiempo, esfuerzo y recursos, podemos lograr mejores resultados sin aumentar la inversión.
- En tercer lugar, el descanso y la variación pueden ayudarnos a mantener altos niveles de productividad a lo largo del tiempo.
Esto es cierto tanto en el trabajo como en las relaciones, la salud o el desarrollo de habilidades. Por ejemplo, en las relaciones, tener demasiadas reuniones semanales resulta contraproducente, ya que reduce el tiempo productivo y el tiempo para uno mismo. En cuanto a la salud, cada protocolo que se sigue ofrece resultados menos efectivos; es mejor explorar otras opciones que impulsen el progreso.
En esencia, la ley de rendimientos decrecientes nos recuerda que debemos trabajar de forma más inteligente y aspirar a mejores resultados con menos esfuerzo desperdiciado.
Con cada objetivo en el que estés trabajando (ya sea trabajo, salud, ejercicio, relaciones, etc.), debes concentrarte en los pasos donde puedas obtener los mayores beneficios y detenerte y cambiar de acción cuando llegues a rendimientos decrecientes.
Veamos unos ejemplos:
- Estudiar: estudiar durante 2 horas puede ayudarte a aprender mucho, pero estudiar 6 horas seguidas puede reducir la retención y disminuir el aprendizaje por hora. Toma descansos cortos para moverte, descansar y recargar energías, y luego retoma la actividad con mayor concentración.
- Creación de contenido: al crear un informe, dedicas dos horas a elaborar un borrador sólido y otra hora a perfeccionarlo. Sin embargo, en la cuarta hora, te enfrascas en minucias que no influyen en el resultado final. En ese caso, es hora de concluir y seguir adelante.
- Para mejorar tu salud: digamos que estás optimizando tu salud. Has probado varios suplementos y han tenido poco o ningún efecto notable. Ahora, prueba cosas nuevas. Prueba la sauna, el aceite de ricino, la conexión con la tierra, una dieta basada en alimentos integrales, hierbas y ejercicio. Investiga suplementos que se enfoquen en diferentes áreas de la salud. Únete a comunidades de bienestar para obtener ideas nuevas que impulsen tu progreso.
- Blog en crecimiento: por último, has estado publicando artículos de invitados y esto te ha generado un buen aumento de tráfico. Sin embargo, ahora es más difícil encontrar sitios donde publicar como invitado y el aumento de tráfico derivado de esta estrategia también ha disminuido. En este punto, es mejor cambiar a otras estrategias, como TikTok, YouTube o Pinterest.
GESTIONAR LA LEY DE RENDIMIENTOS DECRECIENTES: CÓMO MAXIMIZAR LA PRODUCTIVIDAD Y LAS GANANCIAS
¿Cómo maximizar la productividad y minimizar la disminución de los rendimientos dedicando el mismo tiempo y esfuerzo? Y, sobre todo, ¿cómo evitar las pérdidas? Aquí tienes mis 7 consejos.
1. Reconoce cuándo los resultados están disminuyendo.
- Presta atención cuando entres en la zona de rendimientos decrecientes. Las señales claras son cuando avanzas más lentamente, obtienes menos beneficios por cada esfuerzo invertido, la calidad de la tarea no mejora notablemente o te sientes mentalmente fatigado.
- Para objetivos cuantificables (por ejemplo, aumentar los suscriptores, las ventas), realiza un seguimiento y una medición para saber cuándo comienzan a disminuir los rendimientos.
2. Trabaja en bloques de tiempo estratégicos.
- Identifica los momentos del día en que eres más productivo y organiza tu jornada laboral en torno a esos bloques de tiempo. Intenta dedicar esas horas productivas a las tareas más importantes.
3. Enfócate en la regla 80/20.
- Céntrate en estrategias de alto impacto. Para cada objetivo, adopta las estrategias que te ofrezcan el mejor resultado. Cuando el progreso se ralentice, ajusta tu enfoque y adopta la siguiente mejor estrategia.
- Prioriza las tareas de alto impacto. Cada día, céntrate en las tareas que te aporten el mayor impacto en relación con tu objetivo final. Pregúntate: "¿Estoy invirtiendo mi tiempo de la mejor manera? ¿Es lo más significativo que puedo hacer ahora?".
- Evita obsesionarte con los detalles. Al trabajar en una tarea, puedes caer en la tentación de perfeccionarla en exceso. El perfeccionismo es bueno, pero resérvalo para las tareas realmente importantes. Para la mayoría de las tareas, hazlas con una calidad suficientemente buena y sigue adelante. Lee: Cómo superar el perfeccionismo (serie).
4. Permítete descansar. Ten presente que eres más productivo cuando tienes mucha energía, no solo cuando estás en tu escritorio. El descanso y la recuperación son fundamentales para recuperar la productividad.
- Toma medidas para recuperarte cognitivamente antes de retomar tareas que requieran mucha dedicación. Si es posible, cambia de ambiente. Intenta tomar descansos adecuados, como salir a caminar, practicar el autocuidado, ver videos que te gusten o pasar tiempo con un ser querido.
- Tómate días de descanso reparadores en los que hagas algo diferente a tu rutina habitual (por ejemplo, un viaje de fin de semana, una excursión) y recargues tu mente y tu espíritu.
5. Varía la rutina. Alterna entre diferentes tareas para mantener un alto nivel de participación. Por ejemplo:
- Trabajo: Alterna entre tareas de alto nivel cuando estés con energía y tareas de bajo nivel (correos electrónicos, tareas administrativas) cuando te sientas fatigado.
- Escribir un libro: Alternar entre escribir diferentes capítulos, diseñar la portada del libro y crear el plan de marketing.
6. Reconoce cuándo detenerte o cambiar de estrategia. Al llegar a un punto de rendimientos decrecientes, supervisa tu progreso y decide cuándo detenerte o cambiar de rumbo. Pregúntate: "¿Sigo obteniendo buenos resultados o los rendimientos están disminuyendo?". Si el esfuerzo extra genera ganancias mínimas y la recompensa no lo justifica, quizás sea momento de tomar un descanso, pasar a la siguiente tarea o cambiar de enfoque.
7. Busca feedback siempre que sea posible. Evita centrarte únicamente en un solo proyecto; para ello, involucra regularmente a otros en tu trabajo. Si trabajas en una empresa, pide la opinión de tus compañeros y tu jefe. Si eres un creador independiente, puedes hablar con amigos y familiares, o compartir tus ideas con colegas del sector y en foros. Esto evita desperdiciar esfuerzos en proyectos inviables.
REFLEXIÓN
Finalmente, evalúa periódicamente tu objetivo en el contexto de otros objetivos y prioridades. Aunque un objetivo te esté aportando beneficios ahora, puede que esté provocando una disminución de los mismos en otras áreas de tu vida, por lo que tu objetivo podría no ser maximizar esos beneficios.
Por ejemplo, tal vez estés obteniendo buenos beneficios económicos y oportunidades en el trabajo, pero esto esté afectando negativamente tu satisfacción personal y tu vida en general (salud, familia). En este caso, podrías decidir priorizar tu vida personal y reducir el tiempo que dedicas al trabajo, incluso si estás creciendo profesionalmente.
Un ejemplo claro: Patrick Dempsey era uno de los actores principales y el mejor pagado del reparto de Grey's Anatomy cuando, repentinamente, dejó el papel en abril de 2015. La serie estaba teniendo un éxito arrollador y se encontraba en su undécima temporada. ¿Por qué se fue? Aunque Dempsey estaba experimentando un gran crecimiento profesional y ganando mucho dinero, el ritmo de rodaje de diez meses y quince horas diarias lo tenía agotado. En una entrevista declaró: «Creo que, después de un tiempo, por mucho dinero que ganes, quieres tener control sobre tu propio horario».
Su matrimonio también fue un factor determinante, ya que su esposa había solicitado el divorcio meses antes, en enero de 2015. «No estaba dispuesto a renunciar a nuestro matrimonio», dijo. Saber que su matrimonio podía terminar le daba miedo. Gracias a la terapia de pareja, se reconciliaron y cancelaron el divorcio en 2016.
Ten en cuenta que existe un contexto más amplio: tu objetivo final y tus otras prioridades en la vida. Tus prioridades pueden cambiar según las circunstancias. Debes evaluar si aún obtienes beneficios significativos de lo que haces (por ejemplo, dinero, felicidad, satisfacción personal) o si es más gratificante enfocarte en otra cosa (como la salud, las relaciones o la familia).
Y AHORA TÚ
La próxima vez que realices una tarea o actividad, pregúntate:
- ¿Estoy obteniendo buenos resultados o estoy obteniendo rendimientos decrecientes?
- ¿Se justifica la recompensa por el aporte adicional?
- Si la recompensa no lo justifica, quizá sea hora de dar por terminada esta tarea o actividad. Tómate un descanso, pasa a la siguiente tarea o cambia de enfoque.
Aprende a identificar las áreas de tu vida donde la productividad disminuye y dirige tus esfuerzos hacia aquellas donde puedes obtener mayores beneficios. De esta manera, podrás sacarle más provecho a la vida con el mismo tiempo, esfuerzo y recursos. 🙂
AUTORA
¡Hola! Soy Celestine Chua, bloguera de desarrollo personal, coach y fundadora de Personal Excellence, un recurso en línea para el crecimiento personal. (¡Llámenme Celes, por favor!). Mi mayor pasión es ayudarte a alcanzar tu máximo potencial y a vivir tu mejor vida. Actualmente resido en el Reino Unido. Nací y crecí en Singapur, viajé por el mundo durante mis veintes y treintas, y vivo en el Reino Unido desde 2022.
IMAGEN: elaboración propia con Canva



