Empresas con Hygge

Se habla mucho de Dinamarca como país de gente feliz. Junto con Finlandia y los demás países nórdicos, año tras año aparece en el top 3 mundial. Todo un modelo del que inspirarse.

Por algo será.

Mi madre era danesa. De ahí mi apellido Gamst. Es un país que conozco bien y cuya cultura de vida y trabajo me es literalmente familiar. Viajar ahí es entender el valor que su sociedad da a disfrutar de momentos de bienestar y sensación de plenitud, de paz, de equilibrio. Ojo, que esos momentos se pueden disfrutar en cualquier país porque es un sentimiento. El truco está en comprender cuándo se dan esos momentos, ver la forma de buscarlos conscientemente, y cómo disfrutarlos.

 

QUÉ ES ESO DEL HYGGE

El concepto viene de una palabra antigua noruega que se parece a “bienestar”. Los daneses, a partir del siglo XIX, lo evolucionaron a la idea que hoy es parte de su cultura y que regalan al mundo.

No tiene una traducción sencilla. Se refiere a la sensación, en un momento dado, de esa paz y equilibrio que nos reconecta con nosotros mismos. Es un estado de ánimo donde uno se puede relajar y sentirse como en casa. Se trata de apreciar las pequeñas cosas de la vida, disfrutar del momento y estar en buena compañía -con otros o con uno mismo.

 

DE CASA A LA EMPRESA

Esta idea, originalmente relacionada con el ámbito personal, va entrando también en el profesional. En la creciente lucha por captar y conservar el talento, las empresas se dan cuenta del crucial rol que en esta estrategia tiene todo aquello que apoye el “sentirse bien” de sus empleados.

El Global Wellness Institute en su informe de 2025,  defiende que “Integrar el bienestar en el desarrollo del liderazgo, centralizar su gestión y garantizar la competencia gerencial maximiza el impacto organizacional. Las empresas que priorizan el bienestar reportan hasta un 20% más de productividad y una reducción del absentismo. Los empleados que reciben apoyo muestran mayor compromiso e innovación, lo que se traduce en mejores resultados de calidad. Además, en el competitivo panorama actual del talento, el bienestar actúa como un diferenciador clave. Las organizaciones que integran el bienestar en su cultura experimentan tasas de retención un 10% más altas, lo que fomenta la fidelización y atrae talento en un contexto de constante evolución del trabajo híbrido”.

Así que no estamos hablando solamente de un favor a los empleados. Es una estrategia vital para el crecimiento y competitividad de la empresa.

 

LO QUE NO ES HYGGE EN LA EMPRESA

Si no se entiende bien el concepto danés, difícil será aplicarlo bien en el ámbito empresarial. Empecemos por ahí.

Para aclarar un poco las cosas, NO es Hygge:

  • el futbolín o mesa de ping-pong que casi nadie usa (porque no hay tiempo real para usarlo y encima es muy ruidoso)
  • afirmar que "la principal riqueza de esta empresa está en sus personas" mientras se las exprime y ratea todo lo posible.
  • la fruta gratis de consumo casi obligatorio por imagen
  • el viernes forzadamente informal (o casual,  que suena más internacional)
  • esa sala de descanso tan mona cuando no hay posibilidad real de descansar
  • el team building con paintball y actividades parecidas
  • la decoración estilo Feng-Shui/Escandinava en la sala de reuniones mientras se presiona y señala al equipo
  • crear un Chief Happiness Officer que, en realidad, no puede cambiar nada
  • cualquier iniciativa motivada más por postureo que por convicción sobre las ventajas de los momentos Hygge

A lo mejor todo esto queda bien en las campañas de marketing de la empresa, en su web y en el informe anual. Pero no es Hygge. Igual que se habla de Greenwashing en el ámbito del supuesto compromiso corporativo con el medio ambiente, también podemos hablar de Hyggewashing.

 

CÓMO FACILITAR LOS MOMENTOS HYGGE EN LA EMPRESA

No se trata de hacer que la gente se quede más tiempo en el trabajo. No. El objetivo es que, gracias a una sensata cultura de empresa, sea posible hacer reseteos mentales para así poder ser más eficientes y productivos.

Eso son los momentos Hygge.

¿Qué puede hacer la empresa? Veamos unas ideas que parten de la correcta comprensión del concepto.

Condiciones base, sin las cuales todo lo demás es humo. Como una carga de trabajo razonable (no puedes relajarte estando quemado). Un liderazgo que inspira el comportamiento del equipo (si el jefe no para, nadie para). Una ausencia de vigilancia y control obsesivo. Un respeto real entre las personas.

Iluminación de los espacios. Por ejemplo, sustituir fluorescentes sistemas de luz más cálida. En lo posible, que sea natural.

Rituales tranquilos. Como el café de media mañana sin agenda (15 min reales), la mesa compartida a la hora de comer (a ser posible sin móviles). O un cierre de viernes donde se celebra lo logrado durante la semana.

Fomentar las buenas relaciones entre los empleados. Un ambiente en el que se respira confianza y complicidad es mucho más productivo y enriquecedor para personas y empresas. Animar a la participación en proyectos y actividades que promuevan esa conexión con los colegas de trabajo.

Presencia de la Naturaleza. Va aumentando el número de empresas que tiene alguna pared que hace de jardín vertical. Además de visualmente agradable y relajante, las plantas limpian y oxigenan el aire. Dejar que los empleados pongan en sus mesas alguna planta o repartir maceteros son otras iniciativas que funcionan.

Equilibrio personal. Ser conscientes de la importancia del equilibrio entre la vida laboral y personal, y ofrecer horarios de trabajo flexibles que favorezcan el bienestar y la armonía entre las dos facetas.

La comida y bebida como forma de conectar. En la mayor parte de las empresas que conozco ya han desparecido las máquinas de café que servían para castigar a sus usuarios. Ahora veo modelos mucho mejores, que ofrecen una café o cualquier otra bebida de infinita mejor calidad y hasta con opción premium. También que haya una nevera para los tuppers y que a nadie se le ocurre comerse lo de los demás. Animar a que se traigan galletas o bizcochos hechos en casa para compartir.

Rincones tranquilos. Donde uno pueda retirarse a tomarse ese café, o a concentrarse en un trabajo complicado. Con algún sofá acogedor de buena calidad (por favor, que no sea el Glostad, el más barato de Ikea), luz adecuada y materiales que absorben el sonido. ¿Hay cerca alguna fuente de agua?

Desconexión real. Nada de llamadas ni correos fuera de las horas de trabajo (salvo urgencias reales). Que se entienda claramente cuándo alguien está en su tiempo personal y se respete. Mañana será otro día.

Los colegas remotos también existen. Hay que incorporarlos a esos momentos de celebración de los viernes, a las pausas de buen café. La idea es conseguir que se sientan parte de la empresa, de sus rituales, de su filosofía de trabajo. No es fácil trabajar solo y a distancia.

Como la experta Camilla Nielsen dice, "El hygge en el trabajo a menudo implica crear entornos en los que los empleados puedan tomarse pequeños descansos en paz y tranquilidad, como disfrutar de una buena taza de café sin distracciones como mirar el teléfono. Se centra en el bienestar, la cohesión y un ambiente agradable en el trabajo, más que en normas formales, pero algunas empresas tienen políticas concretas para descansos sociales, almuerzos compartidos o reuniones informales".

 

EL HYGGE COMO VENTAJA COMPETITIVA DE LA EMPRESA

Es cierto que no se puede aplicar directamente un ROI a la incorporación del concepto de Hygge a la cultura de la empresa. Es un sentimiento, al igual que lo es el efecto de una buena comunicación interna y entre personas.

No aparece en el balance, pero influye mucho en las decisiones de las personas. Con mucha frecuencia uno se queda en el trabajo donde se siente bien, respetado, útil y con posibilidades reales de crecimiento. Con líderes que animan con el ejemplo y que inspiran motivación en vez de miedo.

El sueldo importa, claro que sí, porque debe cubrir las necesidades materiales: más allá, es lo intangible lo que hace que ese talento tan necesario para el futuro de la empresa se quede y alcance su máximo potencial.

¿Necesitas más razones para fomentar esos momentos Hygge en tu empresa? La revista Entrepreur cita unas cuantas: menos bajas por enfermedad, aumento de la productividad, un ambiente mucho más empático, y un mayor compromiso con la organización.

 

PLAN DE ACCIÓN PARA TENER UNA EMPRESA CON HYGGE

Todo es empezar. Paso a paso. Hablado con el equipo, para que se conozca la iniciativa y se puedan recibir propuestas razonables.

Llevará tiempo porque no es un maquillaje estético sino una actualización de la cultura de la empresa. Por eso es tan importante contar con todo el personal y, desde la Dirección, dar ejemplo.

hygge en las empresasRigtig god arbejdslyst!

 

AUTOR

Alberto Losada Gamst. Director y cofundador de Avantideas. Consultor de empresas especializado en ayudar a las empresas a estar mejor preparadas para su viaje al futuro a través de las mentalidades adecuadas, la comunicación emocionalmente inteligente y el pensamiento de ecosistema. Mentor para startups con Wayra, Human Age Institute y la Fundación Tomillo

Ya que me fascina lo que nos traerá el futuro dentro de 20-30+ años, monté el podcast Mentes Futuras para entrevistar a los expertos. Y soy miembro de la Asociación Española de Prospectiva.

Como formador especializado en habilidades de comunicación e innovación en las organizaciones que desean alcanzar el futuro, he impartido talleres en más de 50 empresas (muchas de las cuales han repetido con nuevos grupos), tanto presencialmente como online. Y en todas las ocasiones he aprendido mucho de todos. ¡Gracias por ello!

IMAGEN: montaje propio en Canva Pro

 

 

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Gcc

15 horas ago

¡Un artículo tan completo que casi parece un ritual Hygge en sí mismo! Ritual tranquilo sin agenda durante 15 minutos... ¡si la agenda es nuestra mejor amiga! A veces, la mejor iluminación es la de una buena risa o la de una planta que no te mata al respirarla. Y sí, esa nevera con tuppers es un tesoro, aunque haya que vigilar el respeto real. Quizás el Chief Happiness Officer deba empezar por aprender a no enviar correos los viernes... ¡Menuda prioridad! ¡Pero bueno, lo dicho: Rigtig god arbejdslyst!

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