La solución a muchos de los problemas de las empresas está dentro de ellas, y sus protagonistas se llaman intraemprendedores. Hay que facilitarles su actividad, y alentar sus iniciativas. Porque las personas que trabajan en una empresa son con mucha frecuencia quienes mejor conocen sus problemas y quienes intuyen la forma de resolverlos. Y lo mismo podemos decir de la conveniencia de desarrollar nuevos productos y servicios inspirados en los comentarios de los clientes y proveedores, o de lo que hace la competencia. En el The Global Competitiveness Report 2017–2018 España aparece en el puesto 34, perdiendo dos puntos desde el anterior. El criterio nº 12, la Innovación, es el más bajo de todos. Y en el nº 7, eficiencia en el mercado de trabajo entendida como situar a cada persona donde mejor se pueda desempeñar, también estamos al final de Europa. Una empresa que apoya activamente la idea de que todos trabajan en I+D tiene todas las bazas para ser más competitiva y rentable. De ahí la importancia de la potenciación de la figura del emprendedor interno y del establecimiento de un sistema ordenado y transparente de gestión de propuestas internas.